HAY una
mujer muerta sobre la arena, allí donde el mar y la playa se disputan los
límites. Tendrá unos veinte años, y pese a las lesiones, aún es dolorosamente
bella. Por pudor, he cubierto su desnudez con la manta que abrigaba mis
hombros; pero he dejado al descubierto su cabeza…
Ávidos como leones, los
ojos le persisten hacia el levante.
Quizás
debería llamar a la policía. Quizás… pero me rehúso a que, además de todo, la
priven de su último amanecer.
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4 comentarios:
Acaricias de ternura un fondo duro. Me gustó mucho. Y sí, estoy de acuerdo con tu protagonista, creo que puede esperar un rato el llamar a la policía.
Salud.
Gracias, Miguel Ángel. Me alegra que te haya gustado este micro, que no ha tenido mucha suerte en su breve derrotero “concursístico”, pero al que, por salirse un poco de la norma, le tengo especial cariño.
Saludos funambulescos
Hacía tiempo que no pasaba, Gabriel. Qué belleza de micro. Gracias, gracias, como siempre.
Gracias a vos, Vero, por tan amable lectura.
Saludos funambulescos
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