domingo, 31 de octubre de 2010

La inercia

Las Historias, concurso 59


VE EL POSTE DE LUZ y lo juzga un buen lugar para colgarse. Sin pensar en nada, emprende el camino hacia él. Al rato le parece que el poste está más lejos que al principio. Se detiene, se rasca la cabeza, y retoma la marcha con paso enérgico. Tras unos minutos, vuelve a pararse. Observa el camino andado, luego al poste; bufa y rebufa. Toma aliento, y comienza a trotar. Varios cientos de metros después, su meta se ha empequeñecido aún más en la lejanía. Se refriega los ojos, se acuclilla, impreca, se yergue, y se echa a correr como si le siguiera el diablo. Se le van mares por la piel y siente un pez muerto en la boca. Pero no deja de correr. Se vuelve todo piernas a pesar del dolor que lo atenaza. Y se da a llorar como un niño o un cobarde. Y de improviso, cuando el poste se extingue en la distancia, ya no siente nada: ni pena, ni soledad, ni temor. Salvo la inercia de seguir corriendo más allá de su cuerpo abandonado junto al poste.


Safe Creative #1010217630975


El presente microrrelato ha obtenido una mención en el concurso del sexto aniversario de Las Historias, que debía tomar como disparador la imagen que ilustra el post.

.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La cuestión de las musas según…

La danza de las musas


…Jorge Luis Borges.


«[…] uno tiene que ejercer el hábito de escribir para ser digno de esa visita ocasional o eventual de la musa, porque si una persona no escribe nunca, y se siente inspirada, puede ser indigna de su inspiración o puede no saber cumplir con ella. Pero si todos los días escribe, si está continuamente versificando, eso ya le da el hábito de versificar, y puede versificar lo que no sólo es versificación, sino poesía genuina».


Arte: Baldassarre Peruzzi, Las Musas danzando con Apolo Musageta

.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Confesiones de una máscara

Máscara 01


SER UNA MÁSCARA ES INSALUBRE. De verdad lo digo; por ejemplo, la última cara que requirió de mis servicios me usaba a jornada completa: en el trabajo, con los hijos, la mamá, los amigos, el perro. Le admito, eso sí, que me usara para hacer el amor con la agreta de su esposa, pero no para hacerlo con su amante: para ella, yo era transparente, y, aún así, lo quería al perfecto imbécil. No obstante, lo peor de todo fue cuando interrumpió mi descanso mientras él mismo dormía a pierna suelta: en otras palabras, comenzó a emplearme, allí, en los sueños donde se supone que somos más libres. Lógicamente, no tardé en colapsar. El mascarólogo me diagnosticó estrés profesional severo y me mandó a terapia: ya llevó seis meses, con licencia médica incluida. Lo dicho, ser una máscara es insalubre.


Safe Creative #1010207623192

.

domingo, 17 de octubre de 2010

El microrrelato según…

Raluca Deca, Missing letter


…José María Merino.


«Hay gente que piensa que en el microrrelato vale cualquier cosa. Pero el hecho de que un texto de ficción sea breve no quiere decir que sea un microrrelato. Tiene que tener sustancia, movimiento, por poquito que sea. Por supuesto que está muy cercano al aforismo, a la poesía, pero con movimiento. Es una quintaesencia narrativa, capaz de moverse y cambiar desde el principio hasta el fin. Ofrece una mudanza».


Foto © Raluca Deca, Missing letter


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...