¡Gracias Puck por engalanar los
microrrelatos de «De antología» con tu bella voz!
Sin vacante
REFLEXIONABA
sobre dejarlo todo cuando hallé a un tipo pendiendo de la rama de un árbol. Se
veía tan sereno y hermoso que le solicité permiso para ocupar un sitio a su
lado. «Como guste», dijo, y no tardamos en hacernos amigos. Lo único que me
molestaba era su extrema generosidad: con el devenir de los días el árbol se
pobló de tanta gente que ya no pudimos compartir soledades. Decidí marcharme en
busca de mi propio árbol, con la idea de admitir como máximo, y sólo para
evitar que me tilden de egoísta, a uno o dos huéspedes. Pero pronto descubrí
que ya no quedaban en el mundo árboles sin ahorcados.
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6 comentarios:
Quedó genial.
Increíble! Muy buen micro Gabriel
Es un placer estar en estos lares. Como decía en la entrada de De Antología, me encanta no sólo como escribes, que es genial, también el cuidado detalle con el que realizas cada post. Felicidades!
Un abrazo!
¡Gracias, Miguelángel!
Gracias, Andrea. Y bienvenida al Elefante funambulista.
¡Gracias, Puck!; el placer es oír el micro en tu voz, que no todos podemos leer así, con esa cadencia, ni tampoco gozamos de una voz tan bella :) Abrazos.
Saludos cordiales
Hasta la soledad de la muerte es como el "metro" en hora punta. ¡Buen giro!
Un abrazo.
Gracias, Francisco.
Saludos cordiales
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