A LA
HORA de la siesta, la ciudad era un horno. Y yo me estaba cocinando en la
esquina de Lavalle y Belgrano, cuando vi que una chica venía caminando hacia mí
con un paraguas abierto. Con este sol eso no tendría nada de extraño, si no
fuera por el hecho de que llovía dentro del paraguas. Era una lluvia tenue, de
esas que mojan al cabo de un rato.
—¿No
sabés si ya pasó el 223? —me preguntó.
—Debe
pasar en cualquier momento —demoré en responder.
La
chica giró una perilla en el mango del paraguas y la lluvia se incrementó de
manera considerable. Se la veía tan a gusto que dolía.
—¡Qué
sol para esta esquina sin sombra! —dije chambonamente al tiempo que me secaba
el sudor de la cara.
—Si
no te importa mojarte… —me susurró la chica, haciéndome un lugar bajo el
paraguas.
Y
de repente oí mi nombre como un eco lejano, y sentí que me zamarreaban y que me
palmeaban las mejillas. Era la impuntual de mi novia.
—¡Estás
empapado!, ¿qué te pasó? —dijo.
—No
le pregunté cómo se llamaba —atiné a contestar.
—¿Cómo
se llamaba quién?
—¡La
chica del paraguas! —exclamé, mientras la observaba ascender, completamente
seca, al 223.
.
5 comentarios:
Ay, la vida real siempre interrumpiendo los momentos mágicos. ¡Qué fastidio! ;)
PD: ¿Qué significa "chambonamente"?
¡¡¡Eso era un aviso!!! ¡¡¡No se te ocurra casarte con tu novia!!! :)
Me ha parecido un cuentecito ideal.
Besitos.
¡Tal cual, Ángeles! “Chambonamente” significa hacer algo de manera descuidada, torpe, sin tacto, con poca habilidad (aunque al protagonista en este caso le resultase auspicioso, ¿o no?). El sustantivo es chambón. Y es una palabra de uso más coloquial que literario; al fin de cuentas, una prerrogativa que se tomó el empapado narrador ;)
¡Sí, tenés razón! ¡Hay que avisarle al pobre tipo! Gracias, Sara, en nombre mío y del protagonista ;)
Saludos funambulescos
Maldito 223, interrumpiendo en el peor momento...
Saludos,
J.
¡Ja, ja! Tal cual, José.
Saludos cordiales
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