COMO
resulté ser idéntico a un magnate, me secuestraron por error. No obstante, la
familia pagó el rescate sin chistar y me recibieron con los brazos abiertos
tras la liberación. Pensé que aquel hombre tal vez había fallecido en un
accidente y nadie lo sabía. Ambos hechos, concluí, habían coincidido
fortuitamente. Me apena decir que rogué para que su cuerpo jamás apareciera.
Pero la conciencia pudo conmigo, y una noche, tras hacer el amor, le confesé a
la esposa que yo no era quién ella creía. Sonrió y me dijo:
―Lo
que vos ignorás, es que ya no soportábamos al original.
.
11 comentarios:
No somos los mismos después de un secuestro.Buen relato Gabriel.
Saludos
Así que resultó ser una trama familiar que llegó a buen término. Todos contentos :-)
Muy buen micro, Gabriel, como nos tienes acostumbrados.
Un abrazo.
Un final demoledor. Y una respuesta de una frivolidad extrema.
Quizás vos ignorás que os admiro, pero doy fe de ello, Gabriel.
Abrazos.
Quizás ...vos ignoras que también yo te admiro..., pero levanto acta notarial de ello. ;)
Quedo secuestrada con tus micros, ¿será cosa de la música que me acompaña? ¿que me embelesa? ¿que me transforma? ¿que me edulcora? ...
Un besote.
Qué gran gran microficción!
Me encantó. Es exacta, redonda y picantísima.
Abrazo!
¡Qué buen micro, Gabriel! Una solución -que no por sospechada es menos efectiva- que redondea un relato muy bien ajustado en su pulso y su lenguaje.
Mis aplausos.
Un abrazo.
Gabriel, muy buen micro, que ya había tenido la oportunidad de leer con anterioridad. El final, excelente.
Jaal, Sara, Cybrghost, Leonardo, Pedro y José, ¡gracias!
Francisco y Laura, ¡que me van a hacer poner colorado! Una auténtica alegría que les gusten mis letras. ¡Un millón de gracias!
Saludos cordiales
¡Nooo! Momento de horror. ¡Nooo! Qué escritorazo que sos, Gabriel.
¡Gracias, Vero!
Abrazos
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