ÉL la esperó una
hora, un día, una semana, un mes, un año, un lustro, una década, un siglo;
cuando finalmente ella llegó, él sólo se limitó a decirle: «Lo siento, pero no
puedo amar a alguien que sea tan impuntual», y se marchó.
Creo que si se espera de corazón, no es para echar en cara alguna cosa que fue doliendo en la espera, pero está claro que en tu micro quiso dar un giro y largarse por donde había venido.
¿Tiene sentido esperar tantísimo tiempo? .... en las novelas románticas se esperan seis o siete capítulos, a lo sumo. ;)
7 comentarios:
Pero qué hombre tan rencoroso: esperar tantísimo tiempo sólo para expresar una breve frase la rabia acumulada. Sin duda debía ser un microcuentista.
Creo que si se espera de corazón, no es para echar en cara alguna cosa que fue doliendo en la espera, pero está claro que en tu micro quiso dar un giro y largarse por donde había venido.
¿Tiene sentido esperar tantísimo tiempo? .... en las novelas románticas se esperan seis o siete capítulos, a lo sumo. ;)
Un abrazo Gabriel.
JM, no me caben dudas de que el pobre hombre era un microcuentista :) Por cierto, bienvenido al Elefante.
Laura, no es un micro cartesiano, hay que tomarlo desde lo lúdico ;)
Saludos cordiales
Lo encuentro muy razonable. Yo esperé y ella se acostumbró a que siempre la esperara.
Un abrazo
Conclusión, Francisco, ¡no hay que mal acostumbrar a las personas!
Saludos funambulescos
Si al menos fuera amor, pero no me parece bien esperar una eternidad por desamor.
Un abrazo,
Miguelángel, en el fondo el tipo la quería, lo que pasa es que detestaba la impuntualidad ;)
Saludos cordiales
Publicar un comentario