AL
ABRIR la ventana del dormitorio para que ingrese aire fresco le llaman la
atención las cortinas del departamento de enfrente. “Son azules como las aguas
del mar”, dice, mientras una mujer joven y curvilínea las descorre un par de
palmos. El hombre se alegra de no haber encendido la luz cuando instantes
después la muchacha se aleja de la ventana, se desviste y comienza a peinarse parsimoniosamente
en la cama. Tras un largo rato la mujer se levanta, abre los vidrios de la
ventana y se queda de pie entre las cortinas que una imprevista racha de viento
agita como si fueran olas. Su rostro ovalado se vela y se desvela en ese vaivén
azul. Al fin el aire se amansa y ella
mira hacia el departamento del hombre, sonríe y comienza a cantar. Su voz se le
antoja a él poblada de madréporas, hipocampos y delfines. Absorto comienza a bracear.
Cuando
la sirena enloquecida de una ambulancia ahoga momentáneamente aquel dulce
canto, al hombre le parece distinguir —justo antes de llegar al fondo del mar—
la cola de un pez entre las cortinas.
El presente texto ha recibido en el mes de agosto pasado una mención en el 2º Certamen de relato corto... para mesilla de noche que organiza el sitio Esta noche te cuento.
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10 comentarios:
La verdad es que se ve un microrrelato muy trabajado, donde el juego de metáforas y realidades paralelas endulza una trágica realidad. Me ha encantado. ¿Fue reconocido tanto trabajo?
Una perta.
Enhorabuena Gabriel, desde luego que por algo es esa mención. Genial
Saludos
Enhorabuena por la mención: el cambio con la sirena de la ambulancia es un golpe de genio!
Saludos
Pobre Ulises...que manera de volver a Ítaca, en ambulancia y "escalabrao"... Algunas sirenas son como todas :D
Un abrazo Gabriel y enhorabuena. Ah, me he mudado a un cerro, salí de la cueva como otros salen del closet :)
Un abrazo grande.
Gracias, Cortacuentos. En efecto, le dediqué bastante trabajo a este micro para lograr eso que tan bien sintetizas “el juego de metáforas y realidades paralelas” :)
Gracias, Enmascarado.
Gracias, Xibeliuss. Lo de la sirena de la ambulancia es un guiño literario a las sirenas de Valadés. Y, por supuesto, bienvenido al Elefante.
Jajaja, la verdad que sí. Gracias, Alma. ¿Pero te has mudado de la cueva?..., ya voy para allí. Un abrazo gigante ;)
Saludos cordiales
Felicidades. Me encanta tu blog y me permití añadirlo a mío. Un abrazo.
Gracias, Lorenzia. Bienvenida al Elefante. Y por supuesto, no hay ningún problema en que lo hayas añadido, todo lo contrario, es un gusto.
Saludos cordiales
En esa ocasión no fuí jurado, pero lo habría tenido claro.
Este microrrelato ha logrado impactarme. Mientras avanzaba, supuse una caída por parte de la muchacha pese a los visos de mar y ser curvilíneo, tan evidentes de una sirena. Luego me conmovió la manera como ella castiga la irrupción de su intimidad, y me acordé instantáneamente del mito de Artemisa, cuando es observada por el pastor Acteón mientras se bañaba desnuda, por lo que él fue convertido en venado. Tanto Acteón como el protagonista de tu texto, han sido víctimas de severas deidades -vengativas y ciertamente prohibidas-.
Siempre un gusto pasar por aquí,
Jessica Vilardi
Gracias, Miguelángel :)
Hola Jéssica, el gusto de que pases por aquí es mío :) Me alegra que te haya gustado este micro, es de esos que uno ha mimado especialmente. Y claro, no íbamos a dejar que la sirena se precipitara al vacío, quedan tan poquitas...
Saludos funambulescos
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