EL
PASAJERO NO DUERME. La azafata le informa que, si lo desea, puede activar la
ventana para que muestre un paisaje de su agrado que lo distienda. Tras darle
las gracias, selecciona una campiña de exuberante verdor, adornada cada tanto
por una granja o algún rebaño de vacas paciendo. A poco comienza a bostezar...
Una
gota de agua salpica la cara del pasajero, luego otra y otra. Se despierta y
advierte por la ventana un bosque oscuro castigado por la lluvia y el viento.
Busca a la azafata con la mirada mientras presiona alocadamente los botones del
mando. Comienza a diluviar, relampaguea y truena. Se para, se quita la chaqueta
y trata de cubrir la abertura. De improviso la nave pasa por un pozo
gravitacional y se ladea. El hombre se abisma entre las sombras del bosque. La
ventana parpadea y el paisaje de la serena campiña se restaura. El resto del
pasaje duerme.
.
10 comentarios:
Hay quien teme a los sueños cuando éstos se hacen pesadillas, pero el verdadero pavor está en la vigilia.
Excelente micro de la mejor ciencia ficción. La tranquilidad con la que nos abandonamos al sueño en pavorosa. Yo siempre he tenido la duda de si podré despertar. Un abrazo.
Precioso micro en el que acompañamos al viajero por la senda de los paisajes virtuales. Cuando el paisaje se restaura creo los pasajeros se "desconectan".
Un abrazo Gabriel.
Que miedo, no? Por un momento a punto de estar vivo...mejor dormir como el resto del pasaje
Un beso, Gabriel
Buena reflexión, Francisco.
Mar y Laura, muchas gracias.
Sí, Alma, mejor dormir ;)
Saludos cordiales
Menos mal que era uno de los demás pasajeros. Puedo contarles a otros tan buena historia.
Espeluznante. Con el miedo que tengo a volar, sólo me faltaría este salto de realidad... Me ha gustado mucho, enhorabuena.
Adivín, ¿qué duda cabe que cada lector es un pasajero? En este caso con un ojo simulamos estar dormidos, no sea cosa de despertar la bronca de las ventanas, y con el otro espiamos la historia.
Muchas gracias, Susana. A mí me gusta que te haya gustado.
Saludos cordiales
Excelente! Me recordó a algunas cosas de Ray Bradbury
Gracias, Eva. ¡Ojalá el texto tenga aunque sea un poquito de Bradbury!
Saludos funambulescos
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