LA SERPIENTE descendió de un arco iris delante del peregrino y se enroscó en una de sus piernas. Como pudo, el hombre continuó la marcha. A poco, la serpiente se hizo más pesada: se había vuelto mujer. El peregrino le tendió una mano y la misma acabó ceñida en la boca de un lobo. Sin chistar, lo acarició y persistió en el camino con la bestia sujeta a su mano.
Al caer la noche, el peregrino encendió una fogata y el lobo, tras esconder el rabo entre las patas, mudó en niño. De inmediato, el hombre le hizo un lugar junto al fuego y le ofreció abrigo. Luego se acostó al otro lado de la hoguera.
El niño aguardó a que el peregrino se quedara dormido para volverse oso y estorbarle definitivamente el viaje; pero, al observarlo tras las llamas, recobró memorias y mutó en serpiente, mujer, lobo, niño, hombre. Y se deslizó sobre el fuego para devolverse al otro.
Entonces el peregrino despertó y supo que su viaje había concluido.
El presente texto ha resultado ganador del concurso de Minificciones.com correspondiente al pasado mes de febrero.
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11 comentarios:
Hermoso microrrelato, Gabriel. Con tintes mitológicos; deja una agradable sensación tras la lectura. Reitero la felicitación.
Abrazos.
Merecídisimo logro!!!
Enhorabuena Gabriel
¡Felicitaciones por el premio!
Muy merecido, Gabriel.
¡Felicidades! Es un cuento edredón porque abriga y no pesa :) Me gusta muchísimo. Un beso
Enhorabuena. Buen cuento.
Un saludo indio
Mónica, Patricia, Verónica, Esteban y No Comments, ¡muchas gracias!
Almalaire, me encantó eso de “cuento edredón porque abriga y no pesa”; muchas gracias, con beso de retorno incluido.
Saludos funambulescos.
Un cuento merecedor del premio. Precioso y lleno de mensajes. Enhorabuena! Saludos desde mi mirilla ;)
Muchas gracias, Emma. Y bienvenida al Elefante.
Saludos cordiales.
muy bueno el cuento y el mensaje
Muchas gracias, Joaquin. Y bienvenido al Elefante.
Saludos.
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