LA ÚLTIMA mujer acaba de morir. Desde los cuatro puntos cardinales, los alquimistas llegan al Château de Fontainebleau. Cada uno trae consigo un ingrediente secreto de la fórmula que salvará al hombre. Empero una de las sillas del Concilio ha quedado vacía. De todas maneras, los monarcas ordenan proceder antes que el descontento se apodere de sus súbditos, y éstos, de sus reales cabezas.
Los alquimistas temen crear un monstruo, pero obedecen.
Al alba, una nueva Eva se yergue magnífica. Algunos festejan; otros, más cautos, prefieren esperar. Uno de los médicos informa: «La hallamos apta para procrear; su único defecto es que carece de cuerdas vocales».
Nobles y vasallos, sonríen.
Foto © Jennifer Short, Melody of shapes
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20 comentarios:
Realmente, ¿queremos que no hablen?
Lo más interesante que he escuchado ultimamente lo han dicho mujeres.
Que importante es que estén todas las sillas ocupadas. Las ausencias nos joden, pero bien.
Tal vez no hable pero si piensa podrá escribir...
Un beso Gabriel.
Oh, se hará entender, ya lo creo, y a lo mejor se les congela la risita :D
¿Qué falta en la silla vacía?
Besos, Gabriel
Ay, ay, ellos se lo pierden.
Este relato me gustó y me gusta mucho. Apostaré por él en la porra, a ver si gano.
Un abrazo.
¡Qué políticamente incorrecto! Me gusta la ironía final, un poco malvado, pero desde el cariño, supongo.
jajajjaa a veces dan ganas de que sea verdad, aunque sean 5 minutos, jejeje
En serio, buen micro basado en los tópicos.
Un saludo indio
Algunas décadas después murió el último varón.
Dicen que de tedio.
No sé si felicitarte o echarte la bronca... :)
Siempre le quedará el papel y el boli....
Hombre yo no sería tan drástica. Yo haría como NO Comments, con cinco minutos de vez en cuando sería suficiente.
Saludos
Juan, se trata de pura ficción no de un deseo. Por cierto, bienvenido al Elefante.
Patricia, es cierto; pero creo que en la época en que se desarrolla la historia, no muchas sabían escribir…
Almalaire: en la silla vacía lo que falta es uno de los alquimistas que tenía que concurrir al concilio, y, por tanto, se ven en el intríngulis de que les falta el ingrediente que el susodicho tenía que proveer. De ahí el temor de los sabios de no saber cómo afectará esa carencia a su creación. Ya ves los resultados…
Bueno, Elisa, muchas gracias; pero mejor espera a leer todos los textos que con seguridad los habrá mejores.
Caboclo.
Técnicamente, el cuento podría terminar con la frase del médico: el texto se entendería igual; pero es esa ironía final la que le suma ―y mucho― al microrrelato. También esa frase, como dices, es la que lo vuelve políticamente incorrecto. Por cierto, bienvenido al Elefante.
Muchas gracias, No Comments; la idea como siempre era esa: hacer un buen micro.
Malena:
Uhmm… tal vez, tal vez…
Ay, Virginia, ya hay demasiada bronca en el mundo para que tú, gentil y bella dama, le sumes más; así que acepto tus felicitaciones ;)
Por cierto, que bueno volver a verte por aquí :)
Tomo nota, Miguel. No sé si ya habías dejado comentario en alguna ocasión; en todo caso, bienvenido al Elefante.
Saludos funambulescos.
La anomalía es grave. Si las mujeres no hablasen yo no podría elegir ropa en una tienda, o saber lo que me conviene, y lo peor, no tendría la culpa de nada, lo que crearía un gran vacío en mi conciencia. Abrazo
Tal como reza tu micro: las ausencias, de sopor invisible, juran traer consecuencias; aunque pasen varios minutos,horas,días,años...en ser vistas.
Cómo no añorar las voces de almíbar que sólo pueden emanar de une Femme
Gustosa en leerte una vez más,
Jess Vilardi
Me encanta el título, y el final, jajá.
¿Una para cuatro? Pronto también habrá un sólo hombre.
Saludos.
Julio, buena reflexión, sobre todo la de la culpa, jeje (qué picardía).
Jésica, y yo gustoso una vez más de que te dejes caer por aquí. Comparto tu “cómo no añorar…”
Un tipo, muchas gracias. Jeje, buena reflexión, pero en verdad hay más de cuatro, si sumamos a los alquimistas, los reyes y los médicos, todos en números inciertos… No obstante, cabe esperar que fabriquen más; pero, para bien de su integridad física, mejor que el alquimista que falta jamás haga acto de presencia ;)
Por cierto, bienvenido al Elefante.
Saludos cordiales.
Silla vacía, un defecto, no puede hablar, ¿ no huele aconnivencia y casi a conspiración?. Pero acabará hablando la nueva Eva seguro. Las mujeres son únicas para superarse a si mismas, lo llevan en el ADN. Saludos
Jeje, Marce, eres muy perspicaz: en una primera versión había manejado lo de la conspiración pero luego me decidí que el motivo de la no asistencia del alquimista quedaba mejor como "dato escondido".
Y sí, de seguro Eva o sus sucesoras acabarán hablando :)
Saludos funambulescos.
Hum, te visito por otra cosa, pero ahora vuelvo a leer el título de tu mini y no sé no sé si no debería ofenderme, conque una era de paz, ¿eh?.
Lo que venía a decirte es que visites esta entrada de Juan Yanes, no sé si habrá leído nuestra conversación sobre polos y pingüinos, je, je.
Ay, Elisa, ahora me siento sumamente temeroso: ¿qué pensarás cuando leas Domesticando?… :(
Jeje, la he visitado, Elisa; y sí, tal vez ha leído nuestra charla o simplemente le ha saltado a la vista lo que en una primera instancia aparece como un error.
Releyendo el micro presto especial atención a que Navarro comienza la narración con Hay que imaginarse el escenario…, tal vez la clave a lo que nos referimos esté en esas palabras: la propuesta sería que nos imaginemos ese escenario imposible en la realidad pero absolutamente posible como un ejercicio de la imaginación. Si bien el cuento en sí no es fantástico, lo fantástico estaría en la recreación de ese escenario como algo supuestamente real. Quizá la cosa venga por ahí, aceptar ese juego de geografía díscola y disfrutarlo como lo que es: un excelente texto literario. Cosa que, por otra parte, yo he hecho.
En todo caso, para el que tenga ciertos conocimientos sobre el asunto, el micro siempre hará un crack. Lo interesante sería saber de boca del propio Navarro cuál ha sido su intención.
Elisa, un placer siempre charlar contigo más allá de los infames micros que se les da por escribir a algunos. ;) En fin.
Abrazos funambulescos.
Jajaja, buenísimo micro, Gabriel.
Bien por esta "silla vacía" y la falta de cuerdas vocales, es la historia dentro de la historia, da para imaginar mucho y se agradece.
Abrazo
Jeve
y Ruma
¡Muchas gracias, Jeve y Ruma! Qué bueno que les haya gustado el micro y la forma indirecta de referir la ausencia :)
Abrazos.
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