1.
Se debe poseer una viva imaginación.
2.
Se debe ser capaz de escribir bien. Quiero decir, que uno debe ser capaz de
hacer vivir una escena en la cabeza del lector. Todo el mundo no puede hacerlo.
Es un don: se tiene o no se tiene; es así.
3.
Se debe tener energía. En otros términos, uno debe ser capaz de atarse a lo que
hace y no abandonarlo jamás, hora tras hora, día tras día, semana tras semana,
mes tras mes.
4.
Se debe ser perfeccionista. Ello significa que uno jamás debe sentirse
satisfecho de lo que ha escrito hasta que no lo haya reescrito una y otra vez,
con el objeto de que quede lo mejor posible.
5.
Se debe tener una sólida autodisciplina. Uno trabaja solo, no tiene jefe. Ninguna
de las personas que están alrededor le dirán a uno qué sucedería si no
regresara al trabajo.
6.
Si tiene cierto sentido del humor, ello ayuda mucho. Esto no es esencial si uno
escribe para adultos, pero para los niños es imprescindible.
7.
Se debe tener una dosis de humildad. El autor que piensa que su trabajo es
extraordinario, está abocado a grandes decepciones.
Roald Dahl
.
2 comentarios:
Ufff, entre do y tres puntos ni de coña. Así que no vamos por buen camino. Me refiero a mi y mi sombra,no a ti.
Miguel Ángel, dicen que hay muchos caminos para llegar a Roma; será cuestión de hallar el más adecuado a nuestra andadura.
Saludos cordiales
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