YO,
en realidad, quiero dibujar un cuadrado pero mi lápiz porfía. Tal vez los
círculos sean más agradables, o tal vez no hagan más que bienvivir de la fama
de perfección que les otorgaron los
griegos. De lo que estoy segura es de que no me apetece trazar uno. Así que mi
lápiz y yo nos frustramos mutuamente hasta que la mesa, el cesto y el piso
terminan rebosantes de hojas. Reprimo a duras penas el deseo de hacerlo
astillas o, al menos, de quebrarle la punta y castigarlo al fondo de la
cartuchera. Lo cierto es que, dado que con él he producido mis dibujos más
artísticos, finalmente le permito que guíe mi mano. Tras ponderar el círculo
fraguado como bastante defectuoso, me levanto para desentumecer las piernas.
Entonces el lápiz hace lo propio y baila sobre el papel para agregarle al
dibujo una línea ondulante a cuyo extremo se ata con serena resolución.
Podría
haberle cerrado la ventana en las narices o pinchado el globo. En lugar de eso,
me reclino sobre el marco y contemplo —no sin envidia— su huida, el balanceo
pendular de quien acaba de aprender a dibujar sonrisas en el aire.
11 comentarios:
Oh... no te quedes mirando o dibujará una lengua burlona. Son terribles ;)
Delicioso
Besos
Por eso yo escribo con word, aunque en ocasiones aparezcan insultos (desconozco el destinatario), nunca me ha respondido con una sonrisa burlona.
Una perta.
Hiciste bien en dejar expresarse a tu lápiz: su imaginación es poderosa y sus ansias de libertad inmensas. Deberíamos aprender de él y dejarnos de mentes lógicas y cuadriculadas. Un abrazo
Una delicada metáfora de la supremacía de la obra sobre su creador.
Saludos
Me encanta!
Un abrazo
¡Qué bueno! No sé cómo se te da el dibujo, pero las letras las bordas. ¡Felicidades!
Estos lápices...¡tan rebeldes!...
Me encantó el relato.
Jaja, no creo, no creo… A ver :-P ¡oh! Besos, Alma.
Gracias, Puri. ¡Bienvenida! Un gusto tenerte por aquí :)
Gracias, Aniagua. Y bienvenida al Elefante.
Cortacuentos, Xibelius, Francisco y La Abela, gracias.
Saludos desde el aire ;)
Presentí que se marchaba desde que empezó a dibujar por sí mismo. Hay almas nómadas.
Un texto surrealista, que baila en los límites de lo poético sin caer en lo dulzón. Me parece, sobre todo, valiente. Y por eso me gusta mucho. ¿Habrá más?
Abrazos
Yunuén y Susana, gracias por sus lecturas :)
Susana, este autor no sabe lo que hará el lápiz, de lo único que puede dar fe es de que ya hay tras bambalinas unos cuantos textos fantásticos y surrealistas esperando su momento para salir al escenario del Elefante ;)
Saludos cordiales
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