jueves, 1 de marzo de 2012

Prodigio



EL ANCIANO, perdido bajo el sol candente del desierto, murió con una vasta sonrisa en el rostro. Pese a su ceguera de nacimiento, se le habían poblado los ojos de espejismos.

Safe Creative #1202291220016

9 comentarios:

MJ dijo...

¡Qué maravilla! Esa frase final es enternecedora.
Aplausos, Gabriel.

Un abrazo.

Sara Lew dijo...

Prodigioso este texto. Hasta la ceguera se desvanece cuando hay esperanza.
Un abrazo.

Mar Horno dijo...

El desierto y el sol pueden hacer cualquier milagro. Fantástico. Un abrazo.

Laura dijo...

Si murió feliz con el reflejo de los espejismos en sus retinas, por lo menos se deshizo de las realidades que le podrían haber hundido en la tristeza.

Precioso Gabriel.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Vaya! De pronto me pregunté cómo hace un ciego para alucinar lo que no conoce, sí es un prodigio. Saludos n_n

Unknown dijo...

Muy bonito, Gabriel. Qué triste sería el mundo sin nuestros espejismos.

Gabriel Bevilaqua dijo...

María José, Sara, Mar, Laura, Yunuén y Aurora, muchas gracias por sus generosas palabras. Me alegra que les haya gustado este texto hiperbreve.

Saludos cordiales

Enmascarado dijo...

Genial Gabriel, cortito y sustancioso.
La ceguera a veces poco impide ver a quien encuentra en lo que creer.

Saludos.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias Enmascarado.

Saludos cordiales

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