martes, 1 de noviembre de 2011

El ventanuco



A LA SEMANA de que comenzase la lluvia, los vi. Eran tres: una mujer, un ave y un enmascarado. El enmascarado, de seguro un esclavo o un sirviente, iba al timón. El ave sostenía una antorcha entre sus garras. La mujer, de pie en la proa del bote, estaba desnuda. Éste volaba suavemente sobre las olas enfurecidas. Cuando observé que se acercaban al arca, cerré el ventanuco. Estuve días sin indagar el exterior, pensando. Al cabo volví a asomarme. Enseguida los vislumbré. En esta ocasión retuve la mirada absorto en la mujer hasta que estuvieron a no más de cincuenta codos. Finalmente el miedo me ganó la partida otra vez. Entre imprecaciones juré que reuniría valor hasta de dónde no tuviese si volvían a mostrarse.
Cuando la falúa se detuvo frente a mi compartimiento, el ave me alumbró con su antorcha. Los ojos de la mujer, bellos como dos lunas de amatista, se clavaron en mí. Había tristeza en su mirada.
―Creía que eras él ―dijo, y se alejaron bajo la pesada cortina de agua tan mansamente como habían llegado.
Ignoro si aquello fue una prueba o una alucinación, pero, tras varias décadas, aún subo al monte para otear con una vaga esperanza a través del ventanuco.


Safe Creative #1111010419894
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14 comentarios:

Gabriel Bevilaqua dijo...

Hacía rato que venía con ganas de crearle una historia a esta imagen que me fascina, afortudamente, todo llega.

Espero que el resultado sea de vuestro agrado.

Saludos,
Gabriel

Elysa dijo...

Pues del mio sí. La verdad es que la imagen es motivadora. Y me gusta la historia que le has creado, tiene ecos mitológicos y mientrás voy leyendo no puedo dejar de sentirme dentro de ella.

Besitos

Elisa dijo...

No imaginé cuando lo leí que hubiese un cuadro detrás. Es un micro sugerente, como dice Elysa, crea una atmósfera que te envuelve. El cuadro me resulta más frío que tu historia, tal vez por el tratamiento de la luz y esos contornos tan delimitados de las figuras. Inquietantes los dos, de todas formas.

Anónimo dijo...

mw wnxNR l RWNAION Y la atomosfera que construiste. un abrazo Rub

ROSIO dijo...

muy bueno Gabriel...besito

Marce dijo...

A mi me ha encantado, más cuando nos dices que lo has creado a partir de la imagen ya existente. Muy bueno. Un abrazo. ¿Donde está esa imagen, o a qué pertenece?.

Puck dijo...

A mí me ha encantado, y creo que el cuadro no le hace justicia a tu texto que nos deja mirando por el ventanuco esperando que ella, los tres, vuelvan a aparecer
Saludillos

David Moreno dijo...

Gabriel cuando leo un micro de este tipo, sé que es tuyo. Quiero decir que estás creando un estilo propio. Estilo mitológico o algo así.

Enhorabuena.

Un saludo indio

alma dijo...

Ay...yo también creía que eras él y ahora tendré que irme detrás de ellos...

Es muy bonito, Gabriel, tiene algo de romance de infante arnaldos...no sé decir muy bien lo que sé muy bien que quiero decir :D

Un beso, Gabriel.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas gracias, Elysa. Un gusto de que te haya agradado la historia.

Elisa, me gusta mucho lo que señalas de la atmósfera porque a diferencia de lo que algunos piensan yo sí creo que en una ficción breve puede (y debe, si se lo requiere) crearse ambiente. En cuanto al cuadro a mí me encanta, cierto es que la historia tal vez hubiese demandado del mismo otro tratamiento de la luz y de la lluvia (¡pero el cuadro es lo previo!).
Resulta muy bueno que no imaginaras que el texto se inspira en una imagen, eso significa que funciona sin la misma. Prueba de fuego para todo micro ―todo texto― que tiene su disparador en una imagen.

Muchas gracias, Sendero. No recuerdo si ya habías dejado huella. En todo caso, ¡bienvenido!

Muchas gracias, Rosio. Siempre tan gentil.

Gracias, Marce. El cuadro es del pintor norteamericano Michael Parkes y se llama Returning Home. Es un pintor ¿surrealista?, muy bueno, que tiene cuadros asombrosos. Puedes ver más en su página oficial. En la red si lo googleas hay muchas páginas con cuadros suyos.

¡Muchas gracias, Puck!

Bueno, David, eso del estilo propio es un gran elogio. ¡Muchas gracias!

Alma, yo si sé decir lo que sé muy bien que quiero decir: ¡muchas gracias! Jeje, lo mío tal vez era más fácil ;)


Saludos funambulescos

Unknown dijo...

Me ha gustado... Una búsqueda eterna.
Un abrazo,

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas gracias, Aurora. Bienvenida al Elefante.

Saludos

La linterna literaria dijo...

¡Fantástico! Me fascinan las correspondencias entre el mar como "símbolo de la dinámica de la vida", y la búsqueda perpetua de esa misteriosa mujer. La imagen poética que brota para describir una mirada inédita: "dos lunas de amatista", es tan alucinante como el cuadro. Te felicito, es un texto magnífico. Por aquí me quedo, esperando otros micro relatos.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas gracias, Lesbia, por tan gentiles palabras. Y, por supuesto, bienvenida al Elefante.

Saludos

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