lunes, 7 de septiembre de 2009

El lector errante


Con esta entrada inauguro una nueva sección, "El lector errante", dedicada sin mayores pretensiones a evocar aquellos textos que han hecho las delicias de un servidor. ¿Y qué mejor manera de dar rienda suelta al asunto que hacerlo con minificciones?



LA PRUEBA


Si un hombre atravesara el Paraíso en un Sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado ahí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano. . . ¿entonces qué?


Samuel Taylor Coleridge


La literatura apela con frecuencia a un juego de ecos y, aunque carezco de la certeza que éste lo sea —al menos conscientemente—, es, creo, un bello ejemplo:



EL CUENTO SOÑADO


¿...Y si, como yo soñé haber escrito este cuento, quien lo lee ahora simplemente sueña que no lo lee?


Álvaro Menen Desleal


Y así nos quedamos, con los interrogantes a flor de piel…


4 comentarios:

Metalsaurio dijo...

¿entonces qué? que la plante, sin duda.

Son muy buenos. Buena sección.

Un saludo.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Jaja, vaya ocurrencia Metalsaurio -pero por cierto lógica-. También pienso que debiera clonarla.

Saludos.

Virginia Vadillo dijo...

Me encanta el de "La Prueba". Increíble. Genial! :)

Gabriel Bevilaqua dijo...

Sobre ese micro, Virginia, se ha escrito mucho. Es un clásico.

Saludos.

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