HACE
TRES MESES que su padre murió, y recién ahora ha conseguido reunir fuerzas para
volver a la que por casi treinta años también fuera su casa. Tras abrir de par
en par las ventanas del living y del comedor, se queda de pie en el umbral de
la cocina. Sobre la mesa parece aguardarlo la vetusta radio de su padre. Al
arrimarse a ella, le crece el recuerdo de su viejo tomando mate y canturreando
los tangos que todas las mañanas escuchaba religiosamente por Radio Splendid;
mientras él, apenas un purrete, lo acompañaba tomando la leche. Entonces
enciende la radio. Y los acordes de «La cumparsita», el tango preferido de su
padre, colman, como ayer, cada rincón de la cocina. Poco importa que el cable
de la radio esté desconectado.
Como ayer, leído por Juan Morán, durante la emisión del programa Wonderland (a partir del minuto 33) del pasado 20 de febrero.
Como ayer,
leído por Ana Vidal, durante la emisión del programa número 20 de Soles en el ocaso (a partir del minuto
51) del pasado 16 de marzo.
Gracias
a ambos por sus lecturas.
.
2 comentarios:
Delicioso y muy tierno texto. Con un final d altura que pone un broche de oro.
Me encantó.
Hola, Julio. Actualmente estoy muy ajustado con los tiempos, pero de todas maneras me podés escribir (siempre se puede hallar un momento para escuchar); eso sí, sin que ello implique compromiso alguno de mi parte. Gracias. Mi correo es: magenta050 (arroba) gmail.com
Gracias, Miguel Ángel.
Saludos cordiales
Publicar un comentario