Se
suele decir que un “buen argumento” para un cuento es aquél que, si se lo
desarrollara, constituiría una buena novela. Esta idea puede defenderse en
determinados casos; pero ciertamente sería errado basar en ella una teoría
general. Cada “argumento” (en el sentido que el novelista le da al término)
contiene necesariamente en sí sus propias dimensiones; y uno de los dones
esenciales de un narrador de ficción es el de discernir si el argumento que se
abre ante él se ajusta a las proporciones de un cuento o de una novela. Si
aparece adaptable a ambas formas de relato, con toda seguridad será inadecuado
para ambas. […] Hay al menos dos razones por las cuales un argumento se ajusta
más a la forma de una novela que a la de un cuento; pero ninguna de ellas se
basa en el número de lo que llamamos “incidentes” o hechos externos, que luego
el texto contendrá. […] Los elementos de un argumento que exigen un desarrollo
más prolongado son, por un lado, el despliegue gradual de la vida interior de
los personajes, y en segundo lugar, la necesidad de producir en la mente del
lector el sentido del paso del tiempo. Muchos hechos externos a los personajes,
por variados y excitantes que sean, pueden desarrollarse en unas pocas horas,
pero los dramas morales que por lo común tienen hondas raíces en el alma,
reinan durante lapsos mucho más prolongados, y la súbita manifestación externa
en que culminan sólo pueden presentarse paso a paso de modo que ésta quede
explicada y justificada. […] Hay casos, claro, en que el cuento puede dar
cuenta de un drama moral, contando precisamente esta culminación. Si los hechos
narrados son de tal condición que una simple retrospectiva puede iluminarlos,
podrán adecuarse a un cuento; pero si son de naturaleza más compleja, y sus frases
lo suficientemente interesantes como para justificar su elaboración, el lapso
de tiempo deberá naturalmente reducirse y la forma de la novela se vuelve la
adecuada.
Edith
Wharton
Instrucciones
secretas para empezar a escribir, de Leopoldo Brizuela (compilador).
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3 comentarios:
Muy interesante el artículo, Gabriel, como todos los que traes por aquí.
Una pregunta:
¿Cómo se llama la música de tu blog? Mientras te leía, mi hijo de 6 años se acercó y me dijo que esa música era muy bonita (le salían lágrimas escuchando la parte del violín). La quiere tocar en el piano y me gustaría buscarle la partitura.
Gracias.
Un abrazo.
Hola, Sara. El tema se llama “Song from a Secret Garden” del álbum “Song from a Secret Garden” de 1995. Pertenece al grupo irlandés-noruego “Secret Garden” formado por la violinista Fionnuala Sherry y el compositor Rolf Løvland.
Página oficial
Versión ―estupenda― de Alexander Rybak.
Saludos funambulescos
Muchas gracias, Gabriel. Ya he conseguido la partitura y la ha empezado a tocar. Es difícil, pero no será por falta de empeño, que le sobra cuando algo le gusta.
Un abrazo.
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