domingo, 10 de febrero de 2013

El castigo



SE ENCONTRARON en la Plaza de San Marcos y, aunque ambos sabían que los suyos no eran disfraces, bailaron, rieron y se amaron como si no hubiera un mañana.
Pero lo hubo.
Un amanecer en el que maldijeron la efímera noche de gozo que, aparte de costarle las alas a ella y los cuernos a él, los condenó a la indecorosa tarea de engendrar humanos.
.

9 comentarios:

Miguelángel Flores dijo...

Una imagen divina que, venida a menos, no deja de embellecer el micro.

Un abrazo.

PD. Felicidades por todo lo de ENTC, Gabriel.

Puck dijo...

Me encanta!!!! Un historia de amor y carnaval cargada de imágenes.
saludillos

Paz Monserrat Revillo dijo...

Muy visual , te imaginas no se sabe qué criaturas antes y después de que se rompa el hechizo del que ni ellos eran conscientes.Sugerente sin desvelar,bien!

Petra Acero dijo...

Personajes fantásticos que al caer en desgracia se ven obligados a engendrad humanos. Siempre estamos en mal lugar (por algo será).
Un carnaval sin difraces, muy real... Pero al fin y al cabo: el dominio de la carne se impone.

Un abrazo.
Amparo M.A.

Elisa dijo...

Has rescatado este texto para celebrar el carnaval, qué bueno.
Y felicidades también por ENTC, un placer compartir contigo la mención.
Abrazos.

Francisco Espada dijo...

Por debajo de las máscaras, la carne, y la carne siempre es apetito y el apetito... consecuencias.

Un abrazo

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias, Miguelángel. Y suerte para esa final en ENTC que va a estar, dada la calidad de todos los textos, muy reñida.

Mar, Paz, Petra y Francisco, gracias. Un placer sus comentarios :)

Sí, Elisa, en una época de vacas flacas siempre viene bien rescatar textos que por una u otra cosa quedaron sin ver la luz funambulesca, y más aún si coinciden con la fecha ;)
Y, por supuesto, el placer de compartir mención en ENTC es mutuo :)


Saludos cordiales

Susana Camps dijo...

Me gustan tus reversos (reverso de la realidad, reverso de la mitología...). Me parece un acierto de principio a fin, pero especialmente me ha imantado ese adjetivo, "indecorosa", del final.
Abrazos funambulistas.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Sí, Susana creo que ese adjetivo ha sido un acierto: el micro no funcionaría de la misma forma sin él. Esto me alegra porque habla de la importancia de los adjetivos ―que pueden ser una pincelada de luz― en un territorio donde son, al menos por algunos, tan mal vistos. Gracias.

Abrazos funambulistas

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