domingo, 4 de noviembre de 2012

Blanco y negro



EL HOMBRE, canoso y de traje a tono con el negro de sus ojos, se sienta a la mesa y me extiende un libro de aspecto antiguo. Curioso, aunque suspicaz lo hojeo y sonrío.
―Créame, es la mejor historia jamás contada, pero sólo puede ser leída alimentando sus albas páginas con la sangre de un niño ―interviene antes de esfumarse.
Atónito, dejo unos billetes junto al libro y, según salgo apresuradamente del bar me despierto.
Durante semanas el sueño me acosa hasta persuadirme de que no se juzga la vida onírica. La historia resulta en verdad apasionante pero, al llegar al último capítulo el libro desaparece entre mis manos. En plena crisis de ansiedad, aviso al trabajo de mi ausencia para acurrucarme en un rincón hasta la noche. Desdichadamente mis sueños se pueblan de naderías.
Apesadumbrado retomo mis obligaciones y, mientras espero un café, el hombre canoso y de traje a tono con el negro de sus ojos se sienta a la mesa y me extiende el libro.
―El último capítulo debe leerse en vigilia ―sentencia y sonríe.
Safe Creative #1209272407152
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9 comentarios:

Laura dijo...

Un hombre de traje a tono con el negro de sus ojos, es un personaje extraño para frecuentar un bar y vender un libro.

La sangre de un niño es una imagen estremecedora para acompañar la lectura, y si el último capítulo sólo se puede leer cuando no se puede comer chorizo ni carne, yo concluyo que hay un hecho caníbal sumergido en tu relato y bastante escalofriante.

Si querías asustarme ¡lo has conseguido! pero no en "blanco y negro" sino en tonos rojizos.

Un beso Gabriel, encantada de leerte.

Enmascarado dijo...

Me encanta Gabriel, eres un genio para recrear estas imágenes oníricas que te meten y te sacan de la fantástica realidad.

Un abrazo

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias, Laura, pero en la mini no hay ningún indicio de canibalismo; la cosa discurre por otro sendero no menos inquietante…

¡Gracias, Enmascarado!


Saludos cordiales

Mar Horno dijo...

Gabriel, qué habilidad la tuya. No sé si el personaje sueña o no. Si está el hombre del traje negro existe o es una pesadilla. Muy, muy inquietante, muy, muy bien escrito. Siempre es un placer pasar por aquí. Siento no poder hacerlo en estos momentos todas las veces que me gustaría.
UN abrazo.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Mar, para mí también siempre es un placer que pases por mi casa virtual :)

Abrazos

Unknown dijo...

Ohh qué miedo Gabriel, mostraste tu siniestrooo.

Unknown dijo...

Pd. Sólo porque la nueva imagen de tu portada es tan fantástica, no extrañé demasiado al elefante ;)

puri.menaya dijo...

Cuando los sueños (en este caso las pesadillas) se hacen realidad las consecuencias pueden ser siniestras, como en tu relato. Un cuento muy inquietante, nos dejas con la incógnita de si el protagonista leerá el último capítulo y si cumplirá con las sangrientas condiciones para leerlo. Dan ganas de ponerse a escribir un desenlace.
Por icerto, has cambiado la portada de tu blog. A mí me gustaba más el elefante, era una imagen muy impactante aunque produjera una cierta redundancia con el nombre del blog. Por cierto, ¿donde puedo volver a verla otra vez?
Besos

Gabriel Bevilaqua dijo...

Yunuén, es que hay que escribir de todo ;)

Así es, Puri; creo que de esa manera se alcanza un punto de tensión más alto, de incertidumbre.

Chicas, con respecto a la portada, les comento que he puesto lo que se llama una cabecera flotante: cada vez que entren al Elefante va a aparecer una imagen distinta; siempre, de una manera u otra, relacionada con las temáticas o el perfil surrealista o fantástico de muchos de mis micros (hay cabeceras con fantasmas, gatos, escritorios frente al mar, etc.).

Puri, no te preocupes, entre dichas imágenes la del Elefante, por supuesto, sigue estando. Te cuento que la autora de la misma es Lissa Hatcher, una fotógrafa americana muy interesante, y que la ha titulado “Carnival Caravan”.

En Photo Net puedes descargarla y ver más fotos de su autoría.

¡Gracias a ambas!

Saludos cordiales

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