I
El
tren atraviesa suavemente el océano rubio del trigal. Una mujer, de mediana
edad y aún guapa, duerme con la cabeza apoyada sobre mi hombro. Ignoro quién es
ella. Ojalá este viaje durase para
siempre, pienso y sonrío.
II
El
tren atraviesa suavemente el océano rubio del trigal. Un hombre, de mediana
edad y aún guapo, duerme con la cabeza apoyada sobre mi hombro. Ignoro quién es
él. Ojalá este viaje durase para siempre,
pienso y sonrío.
III
Cuando
el vozarrón del guarda los despierta, el hombre y la mujer, sentados frente a
frente, se miran y cada uno reconoce en el otro las huellas del sueño.
Pudorosos, se evitan, y al recibir los boletos de vuelta, el guarda les informa
que están próximos a llegar.
—¿A
dónde? —preguntan en una sola voz como si aún no lo supiesen.
—Al
fin de la soledad —responde el guarda mientras se aleja.
El presente texto ha recibido en el mes de julio próximo pasado una mención en el 2º Certamen de relato corto... para mesilla de noche que organiza el sitio Esta noche te cuento.
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12 comentarios:
Enhorabuena Gabriel. Me gusta mucho la forma y la manera de exponer como en un espejo ambas situaciones para al final llegar al destino, al fin de la soledad.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Enternecedor. Me encantó. ¡Merecida mención, Gabriel!
Un comentario pequeño: creo que el adjetivo «espejado» no es tan necesario. Ya el hecho de que los personajes estén enfrentados da esa idea.
Un beso.
Oooh, nos pusimos románticos jeje. Bonito.
Gracias, David.
Sí, Verónica, creo que tenés razón. De alguna manera espejado resulta redundante y he visto que ha confundido a algunos lectores (en la página del concurso); lo mejor será suprimirlo. Gracias por la observación, y cuando veas detalles como este, no dejés de mencionármelos: que siempre se nos escapan cosas (y si ves algo más complejo —y si querés— me escribís a mi correo). ¡Gracias!
Jeje, sólo un poquito Yunuén ;)
Saludos cordiales
Enhorabuena Gabriel. Me ha gustado mucho, principalmente debido a la original forma de narrarlo. Está muy bien, es diferente.
Es un placer aparecer entre los mencionados al lado de microrrelatistas como tú.
Una perta.
Gracias, Cortacuentos; el placer es mutuo.
Saludos funambulescos
Qué bonito, Gabriel, y qué romántico! Me gusta ese planteamiento doble y ese final común. Una mención más que merecida.
¡Gracias, Aurora! Qué alegría verte por aquí y que te haya gustado el minicuento.
Abrazos
Me encantó!! Qué bien escribís! Me alegra haber encontrado tu blog.
Gracias, Eva.
Saludos cordiales
Gabriel, emocionante tu narración, con esas meditaciones de los personajes haces que el lector quiera conocer el final con urgencia, un final por cierto, sorprendente.
Merecida mención. Felicidades.
Vengo del blog MIS HISTORIAS
microsyotrashistorias.blogspot
Hola, Yolanda. Bienvenida al Elefante funambulista y muchas gracias, me alegra que te haya gustado esta mini.
Saludos cordiales
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