lunes, 30 de abril de 2012

Bucle



TOC, TOC, TOC.
Miro la hora: las tres de la mañana. Trato de hacer oídos sordos pero los golpes a la puerta no cesan. Al abrir, un tipo —presumiblemente un mago—, me dice que se le ha escapado el conejo de la chistera y me pregunta si no lo he visto. Le cierro la puerta en las narices y vuelvo como un zombi a la cama.
Toc, toc, toc.
Esta vez, un conejo algo ebrio me dice que se le ha perdido el mago.
―Bajito, de grandes mostachos y a punto de jubilar el peine ―balbucea.
Le estampo la puerta y regreso a acostarme.
Toc, toc, toc.
Con un palo de hockey en mi diestra, atiendo, pero en esta ocasión no descubro a nadie tras los golpes. De vuelta al dormitorio, el mago y el conejo me observan desde la cama.
―¡Este fue el tipo que me cerró la puerta en las narices! ―gritan al unísono.
Entonces el mago se quita la chistera y se la extiende al conejo, quien saca de la misma un revólver, me apunta y dispara.
Con el corazón a galope, me palpo todo el cuerpo... Tras un suspiro interminable, me hago un sitio entre ambos y procuro conciliar el sueño.
Toc, toc, toc.
Miro la hora: las tres de la mañana.


 .

21 comentarios:

David Moreno dijo...

Buen relato, de magia y pesadilla ante ese bucle interminable.

Un saludo indio
Mitakuye oyasin

Sara Lew dijo...

Inquietante y muy bueno.
Un abrazo.

Elisa dijo...

Tenía que ser tuyo, no me cabía duda. Suerte, la merece.

Anónimo dijo...

Ay...estas cosas que sólo pasan en elefante...como se echan de menos cuando faltan :)

Un abrazo, Gabriel. Al Mago también. Al conejo no, me parece que es un guacho, jaja

Mar Horno dijo...

Qué habilidad la tuya para escribir. Imaginación y buena escritura. Me ha encantando Gabriel, algunas frases son absolutamente geniales. Es una auténtica pesadilla que el protagonista lleva con resignación. A mí tampoco me gusta el conejo. Es angustioso, inquietante y surrealista. Una joya chico. Un abrazo.

Francisco Espada dijo...

¡Precioso cuento, Gabriel, precioso y mágico! ¡Felicidades!

Mónica Ortelli dijo...

Muy bueno, Gabriel. Suerte!

Unknown dijo...

Los sueños en los que se repite la historia una y otra vez se acaban convirtiendo en las peores pesadillas. Yo nunca he tenido uno de estos, por lo que no tengo claro si las víctimas son conscientes del bucle en que se encuentran atrapadas, o la memoria también se reinicia.

Saludos.

Susana Camps dijo...

Ágil, divertido, sorprendente como un truco de magia bien hecho aunque se haya visto (bucle) cien veces.
Aplausos al hacedor.

Gabriel Bevilaqua dijo...

David y Sara, ¡gracias!

Elisa, ¿pero era tan evidente? :)

Jajaja, pobre conejo... Pero se lo merece. Abrazos, Alma.

Mar, Francisco y Mónica, gracias.

Adrián, bienvenido al Elefante.

Gracias, Susana, qué bonito lo que dices :)


Saludo abracadabrescos para todos.

Abela dijo...

Las tres de la mañana es un a mala hora para recibir visitas y si se trata de un conejo asesino y un mago despistado,,,,buen relato.

Marce dijo...

Fantástico Gabriel, que bueno. A mi me pasa a las cuatro de la madrugada, y nunca abro la puerta por si acaso....
Un abrazo

Gabriel Bevilaqua dijo...

La Abela y Marce, qué bueno que les haya gustado. La verdad es que hay que cuidarse mucho de los conejos, sobre todo, si se aparecen a horas tan desconsideras ;)

Saludos

Belkys Pulido dijo...

No pude evitar acordarme de algo, hace meses, justo a las 3 y 30 de la madrugada me despierto. Hasta he pensado en prestar la cifra en juegos de azar. A esa hora se acaba el sueño y llega el insomnio, quizás deba procurarme un sombrero como el de La insoportable Levedad del Ser y sentarme a escribir con un conejo dormido en el regazo. Pero si el mago tocara, a la puerta, no sé si seguir el juego con revólver incluido. Me ha encantado la historia... esta noche cuando despierte, jugaré a inventarle otro final.

Pablo Gonz dijo...

Si me pusiera a analizar este micro, podría estar dos meses escribiendo, así que lo resumiré en un ME GUSTA con letras mayúsculas.
Un fuerte abrazo,
P

Mar Horno dijo...

Gabriel, vengo de nuevo a tu casa, absolutamente rendida ante tus letras. Acabo de ver tu micro finalista en Esta noche te cuento. NO sé que decir, me he quedado sin palabras. Eso es un micro, lo demás, tonterías. Siento una envidia negra, negra, de la mala, que no me aguanto. Mis felicitaciones, ojalá lo hubiera escrito yo, no te digo más. Un abrazo.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Belkys, qué bueno cuando un texto “dispara” o evoca recuerdos. Por aquí a los sueños se los asocia mucho con los juegos de azar y hay toda una numerología para ello. Lindos sueños y mejor juego-final ;)

¡Gracias, Pablo!

Mar, muchas gracias, ¡qué me vas a hacer poner colorado! :)


Saludos cordiales

Torcuato dijo...

Nada, nada. Eso se cura no volviendo a leer a Don Lewis y por supuesto, también aparcando los ácidos.
Un abrazo, Gabriel.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Jaja, puede ser, puede ser.

Saludos

Eva Letzy dijo...

Jajaja! Genial.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias, Eva.

Saludos cordiales

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