miércoles, 25 de febrero de 2009

Si la reina lo hubiera sabido



Esos enanos eran unos aprovechados: la hacían cocinar, barrer, lavar, planchar, remendar… y ahora, encima, querían sexo gratis; ¡y después dicen que las bellas lo tienen todo más fácil!



viernes, 20 de febrero de 2009

El Descensor

El Descensor es una aventura pergeñada en la mente del mexicano Jesús Olague. Se trata de una revista literaria electrónica con «textos para leerse de izquierda a derecha y de arriba a abajo», según reza el lema de su portada. Para llevarla a cabo, el susodicho, ha invitado a una serie de escritores de España, México y Argentina, entre los cuales, por imprudencia manifiesta de su parte, figura un servidor. Algunos ya tienen libros publicados, otros, en cambio, somos meros aprendices; pero lo interesante es que la propuesta está abierta a todo aquél que guste de la escritura, ya sea para sumarse a los columnistas permanentes o enviando una participación dentro de una convocatoria específica. La publicación es mensual y acaba se salir el número dos. Como es lógico suponer la revista se encuentra en pleno proceso de expansión, es decir, un momento ideal para hacerse partícipe de la misma. Quien quiera hacerlo encontrará en el sitio las pertinentes indicaciones.


En cuanto a los contenidos «cada autor es libre de enviar opinión, relato, anécdota, cuento, poesía, historieta, fotografía, lo que se le antoje, siempre y cuando sea original o cuente con autorización del autor para publicarlo».


La revista puede leerse en línea o descargarse en un archivo PDF. El número uno trató el tema de la «primera vez»; el número dos, «la bicicleta del abuelo». Dichos temas pueden ser propuestos por los mismos columnistas. La próxima convocatoria orbita el espacio de las «Mitologías». Quedando, como se ha citado, en cada uno la forma de abordarla. Por mi parte, espero seguir colaborando con textos que, en el famélico límite de mis posibilidades, honren esta iniciativa.


viernes, 13 de febrero de 2009

La persistencia del pescador



Soñó que era un pez. Se despertó al morder el anzuelo. Ahora, lo único que desea es hallar algo filoso con que cortar la línea…




lunes, 9 de febrero de 2009

De la vida misma


El desafío del Cuentacuentos de esta semana era escribir una historia según la fórmula 2-4-6. Lo cual, traducido, significa que aparezcan en el texto, la segunda, cuarta, y sexta palabra del 1º, 2º, y 3º párrafo del post anterior al día 3 de Febrero (¡qué complicado!). En mi caso, dichas palabras resultaron ser: luna, papá, él.

Seguidamente pongo a vuestra consideración el resultado.


El hombre joven, tras sentarse, colocó un revólver sobre la mesa. Frente a él, otro hombre, entrado en canas, leía el diario.

—He venido a matarte, papá —dijo el joven, con voz raída.

El padre le hizo una seña con la mano derecha, indicándole que aguardara. Poco después, cerró el periódico, encendió un cigarrillo y observó, como tras el empañado cristal, una nube velaba la luna. A la tercera pitada, afrontó los ojos del hijo.

—¿Qué me decías, Marcos? —dijo el hombre.

El joven, empuñando el arma, le espetó:

—Me has escuchado bien… No te permitiré que vuelvas a hacerlo. Ésta fue la última vez. Antes no podía hacer nada, pero ahora…

—Pero ahora tenés las agallas para matarme, ¿no? —dijo el hombre, mientras apagaba su cigarrillo, y añadió—: mirá que nada es más detestado que un parricida. Nadie los escucha, por más buenas razones que tengan…

—No me importa el después, pero vos no volvés a tocarla —dijo Marcos.

—¡Ajá!, y ella, ¿sabe lo que has venido a hacer? —dijo el padre, mientras encendía otro cigarrillo.

—No… ¡cómo podría decirle!..., además… no lo consentiría…

—Ves que sólo pensás en vos y no en ella. «No me importa el después», ¡ja! ¿Cómo te creés que se va a poner Beatriz cuando te vea en la cárcel? Si disparás, esa bala no sólo terminara conmigo, ¿entendés?

El joven descansó la punta del cañón sobre la mesa. Había un laberinto de dudas en sus ojos.

—Sos un maldito. ¿Cómo pudo ella, enamorarse de vos?

—Hijo, los espejismos no son exclusivos de los desiertos…

Entonces, un silencio salvaje habitado por la mirada de los dos hombres simuló en un minuto la eternidad.

—Te juro, que si volvés a tocarla…

—Por esta noche está bien, hijo —lo interrumpió el padre, y tras apagar el cigarrillo y volver a encender otro, agregó—: has cumplido… ahora vete.

A poco de andar la calle, el muchacho ancló su espalda a un poste de alumbrado y lloró; nunca llegaría a imaginarse que su progenitor, esa madrugada, antes de ocultar su suicidio en un accidente de tránsito, también, por primera vez, había llorado.


viernes, 6 de febrero de 2009

Tres por uno: Epitafios

Invitación

Estimado Profanador, disculpe la molestia, pero he salido de juerga. No vaya usted a delatarme con mi esposa; la cual, por cierto, descansa, soberbiamente enjoyada, aquí al lado…


Referido a mascotas y parientes

No sé para qué quiero un epitafio: los que me han amado, no saben leer; y los que saben leer, nunca me han amado.


Circunstancia

Toda la vida fui un ateo militante pero en esta nueva circunstancia no tomaré a mal que recen por mi alma.


lunes, 2 de febrero de 2009

En una ciudad sitiada

Para «El Cuentacuentos»


LA LUNA ESTABA ZURCIDA AL TECHO y fue lo primero que se cayó al estallar las bombas. Entonces, Marcos, abandonó, antes que pudiera detenerlo, la breve seguridad bajo la mesa de roble para recogerla. Cuando la tuvo entre sus manos, me miró, y no pude evitar hacerme eco de su sonrisa. En ese instante, una segunda oleada de detonaciones desmoronó parte del techo…


Pasado el bombardeo, papá, mis otros hermanos, y, fingidamente, yo, lo buscamos entre los escombros. Fue inútil. No pudimos dar ni con él ni con la luna… A veces, pienso que debí decirles; mas sabía que, además de no creerme, papá me castigaría por mentir en un momento así. Pero yo, a pesar de las explosiones, lo había visto todo… Cómo íbamos a hallarlo, si mamá -aún más hermosa que en las fotografías-, volvió para decirle a Marcos que la ayudara, que esta vez, la luna que había hecho para nosotros, la zurcirían al cielo…


domingo, 1 de febrero de 2009

Predominio de lo más fuerte



El duelo al amanecer puso fin a tan amarga disputa entre hermanos: sus armas, sin haberlo convenido, se descargaron sobre la beldad que, impasiblemente, los contemplaba.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...