martes, 31 de julio de 2018

No hay cielo que de impoluto azul dure cien años



MI VECINO «tiene» por mascota un elefante. Todas las tardes se engalana con sus mejores prendas para sacarlo a pasear por el vecindario. Yo, sobra decirlo, nunca he visto al elefante, pero le sigo la corriente para no entrar en discusiones innecesarias. Por ejemplo, la semana pasada me dijo:
—Le queda bonito, ¿no?
—Sí —le respondí.
—Usted también debería usar uno.
—Le parece.
—Claro, hombre, anímese.
Jamás supe de lo que estábamos hablando. Lamentablemente, no hay cielo que de impoluto azul dure cien años. Esta mañana mi vecino golpeó a la puerta.
—Mi elefante —dijo— se ha subido a su techo.
Sonreí y le contesté:
—Seguro que después se baja.
—No lo creo, dice que usted lo invitó a quedarse todo el tiempo que desee.
—Mire —suspiré antes de aventurarme entre espinas—, ahí arriba no hay ningún elefante, usted lo sabe, ¿no?
Mi vecino se puso blanco.
—Y yo que creía que éramos amigos —dijo, y comenzó a caminar de un lado para el otro—. ¡Ya sé lo que pasa! —gritó de repente—. ¿Cómo no me di cuenta antes?... Usted siempre quiso adueñarse de mi elefante. ¡Lo voy a denunciar! —Y girando sobre sí mismo se marchó a toda prisa.
—¡Uf! —bufé—, con las ganas que tengo de lidiar con un loco en la comisaría.
—¡Quédese tranquilo!, no lo va a denunciar, es pura espuma —dijo una voz desde el techo, justo antes de que éste se desplomara. Poco después, la misma voz, ya de cuerpo presente, gemía—: ¡Ay, ay, ay! ¡Maldito sea usted y su casa! ¡Ay, ay, ay!
—De cajón me como, no una, sino dos denuncias —murmuré totalmente resignado.
.

8 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Divertido y conmovedor a partes iguales. Muy bien llevado.

Ángeles dijo...

Como dijo Cortazar, no cualquiera puede volverse loco; eso hay que ganárselo.

Me ha encantado el cuento, tiene la loca ternura que te caracteriza.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Hola, Sechat; tanto tiempo. Me alegra que te haya gustado. Gracias.

Y a mí me ha encantado tu comentario, Ángeles: ¡muchas gracias!

Saludos funambulescos


Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias por la sinceridad, Julio. Para mí tampoco es de los mejores, aunque, confieso que igual me gusta; quizá porque me divertí bastante al escribirlo. Gracias.

Saludos cordiales

José A. García dijo...

Nunca confíes en un elefante imaginario...

Saludos,

J.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Bueno, no es para tanto, José... creo ;)

Saludos cordiales

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Me arrancó una sonrisa. Y leerlo precisamente en un día relacionado con Roald Dahl especialmente propio.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias, Miguel Ángel. Sonreír siempre es bueno :)

Saludos cordiales

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