domingo, 4 de diciembre de 2011

CAPÍTULO 10. LOS HOMBRES CALVOS


Cienmanos: Bicho todavía sin clasificar en ningún orden de la zoología, que consta de muchas cabezas creativas, y de un montón de manos (nadie ha sido capaz de contarle cuántas, porque se están moviendo continuamente). Se caracteriza por avanzar con las manos sobre el papel y sobre el teclado del ordenador, con la intención de crear una micronovela.

Y la micronovela ha alcanzado ya el Capítulo 10, donde, de la mano de David Guirao y de un servidor, hacen irrupción los hombres calvos... 

Desde aquí vaya mi agradecimiento a Purificación Menaya por habernos embarcado en este fantástico proyecto, y a David con el cual ha sido un placer trabajar por su excelente recreación del texto.

Espero que nuestra participación resulte de vuestro agrado.  


Brevísimo y singular resumen hasta el presente capítulo: Todo comienza con nuestra protagonista, Paula (Lew), tambaleándose por unas callejuelas oscuras poco antes de su azaroso y fugaz encuentro con Víctor Tim. Atrás ha quedado el cuerpo sin vida de Bruno (Laborda)...
Pronto nos enteramos que Bruno había viajado en el tiempo (al pasado), entrecruzando su destino con el de Paula.
Paralelamente, Sebastián Laborda inicia la investigación para desentrañar el misterioso cuaderno de notas de Víctor. Para lo cual solicita la ayuda de un viejo profesor amigo suyo: Emilio.
En un callejón, Paula trata de limpiar sus zapatos para desorientar a los hombres que la persiguen. Se devela que Bruno había ido a parar al Valladolid de 1947.
Víctor Tim se da cuenta que olvidar su cuaderno de notas en un despacho de la facultad ha sido un gravísimo error...
Carmen, la esposa de Emilio, es amiga de una tal Paula... A través de una discusión entre los esposos, Emilio se desenmascara...
Paula se tropieza con Sebastián y nos anoticiamos que la Paula amiga de Carmen es, efectivamente, nuestra protagonista; y que ha logrado viajar hasta el año 2011 escapando de sus perseguidores gracias al preparado que Bruno había desarrollado a partir de las notas de Víctor. 


CAPÍTULO 10. LOS HOMBRES CALVOS



























HACÍA volutas de humo cuando golpearon a la puerta.
—¡Adelante! —dijo el anciano.
Dos sujetos enfundados en gabardinas negras ingresaron a la lujosa habitación y saludaron, con una reverencia, al viejo tras el escritorio. Este les hizo un gesto con la mano.
—¡Disculpe! —dijo el mayor de los hombres, y al tiempo que se quitaba el sombrero le asestó un codazo al otro para que lo imitase. Sus calvas relucieron bajo la luz cenital.
—Así está mejor: la buena educación ante todo. —Hizo una pausa en forma de ingente voluta de humo—. ¿La atrapasteis?
—Sobre eso queríamos hablarle...; créame que estuvimos a punto, pero... se nos escapó.
El anciano se puso de pie y golpeó el escritorio.
—¡Imbéciles!
Luego apagó el puro.
—Decidme exactamente cómo la perdisteis.
—La teníamos acorralada en un callejón —intervino el más joven—, cuando la sinvergüenza sacó una botellita de su faltriquera y se tomó el contenido. En cuestión de segundos desapareció frente a nuestros ojos.
—"Nunca bajes la guardia ante una pelirroja, son problemáticas por antonomasia", eso me decía mi padre cada vez que se peleaba con mamá —rememoró el viejo, y tras acariciarse la barbilla, agregó—: Entonces como yo sospechaba Bruno le confió todo a la chica. ¡Debemos atraparla cueste lo que cueste!
—¿Cómo? —indagó el mayor.
—Usaremos lo que nos queda de la fórmula para seguirle los pasos.
—Pero ignoramos a qué época viajó.
—No te preocupes, la sustancia abre un paso temporal sólo entre el presente y el 2011.
El anciano se apartó del escritorio y les pidió ayuda a los hombres para ponerse la gabardina negra. La curiosidad aguijoneó al más joven:
—Señor, algo así, tan acotado, ¿realmente servirá para nuestros planes?
—¡Ja! Vislumbro un poco de materia gris en esa cabezota. En verdad, Bruno sólo alcanzó a reproducir una de las fórmulas que Víctor Tim había desarrollado para viajar en el tiempo, pero hay más, muchas más. ¿Entiendes? —El joven asintió—. Por eso es imprescindible que hallemos a la chica: si Bruno tenía el cuaderno de notas de Víctor, ella debe saber dónde lo ocultó.
—Jefe —intervino el mayor—, su sombrero favorito.
El anciano sonrió, y pasándose una mano por la calva antes de vestir el borsalino negro, dijo:
—Muchachos, ¡el futuro tiene nombre de mujer!

Texto © Gabriel Bevilaqua
.

11 comentarios:

Unknown dijo...

Enhorabuena, Gabriel!! Un capítulo fantástico!!
Como ya te he dicho allí, me ha gustado mucho el diálogo, el personaje del anciano... ¿Cuáles serán sus siniestros planes?
Es una gozada desayunar los domingos con esta compañía.
La ilustración de David, por su parte, me parece estupenda.
Mis más sinceras felicitaciones.

Elysa dijo...

Gabriel, felicidades. Me ha gustado mucho este capítulo. Los diálogos muy centrados y visuales, dando una visión exacta de la escena. Y por fin se sabe un poco más de los dos hombres con sombrero además de que surge un nuevo personaje.
Enhorabuena

Besitos

Anónimo dijo...

He intentado ponerme al día un montón de veces pero nunca soy capaz...y mira que me gusta lo que leo, eh?...pero nada. Me lleváis tanta ventaja :)

Un beso, Gabriel

Sara Lew dijo...

Genial la irrupción de esos "men in black" calvos en la escena. Acrecienta el interés de la historia saber quiénes son los que siguen los pasos de Paula.
Y la ilustración de 10
Estupendo trabajo el de ambos.
Saludos.

Laura dijo...

Gabriel, ¡¡os ha quedado fantástico!!, ya lo he dicho hasta tres veces y esta es la cuarta. No en vano es el capítulo número diez, porque como dice Sara os ha quedado ¡¡de diez!!.

Creo que voy a pasar más amenudo por este lugar, si es que permites mi presencia.

¡¡Un abrazo Gabriel!!.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas gracias, Aurora. La ilustración, como dices, es estupenda (lo mismo pensé apenas la vi).

Muchas gracias, Elysa. Efectivamente, mi objetivo era hacer un capítulo muy visual, caracterizar a los personajes por sus acciones.

Alma, es lo que tiene una micronovela que uno puede perderse en la trama, por eso puse un breve resumen en el post. Oye, que lo de las pelirrojas era un toque de gracia que también sirve para pintar al personaje. En todo caso, si fuera cierta la frase, también habría que acotar que las pelirrojas son las MÁS bellas ;)
PD. Me encanta tu nueva imagen, tu ícono :)

Muchas gracias, Sara. Ahora el juego ha quedado abierto para la lucha entre los antagonistas.

Muchas gracias, Laura. Por supuesto que eres bienvenida cuando veces quieras volver.


Abrazos

Patricia K. Olivera dijo...

Felicitaciones Gabriel, estos señores calvos y ese jefe tan misteriosos me dejan con la intriga!!

Ssludos!!

David Guirao dijo...

Gabriel muchas gracias por tu texto, estoy contento de que te guste, espero que este proyecto siga este camino, tan interesante, un placer, de verdad.

Un fuerte abrazo
David

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas gracias, Patricia. Esa es la idea, presentarlos y dejar abierta la intriga sobre sus motivaciones.

David, el placer ha sido recíproco. Muchas gracias por todo.


Abrazos

Marce dijo...

Cómo siempre me parece muy atractivo el relato, aunque me debo poner al día un poco; bien es cierto que tu resumen nos lo hace más fácil.La ilustración es también muy bella. Un abrazo Gabriel.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas gracias, Marce. La micronovela es un proyecto muy interesante porque nace de la participación de 38 escritores y 38 ilustradores que de a pares van dándole vida a una historia que avanza sin más directrices que la imaginación de cada uno.

Saludos

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