lunes, 20 de febrero de 2012

Paisajes



EL PASAJERO NO DUERME. La azafata le informa que, si lo desea, puede activar la ventana para que muestre un paisaje de su agrado que lo distienda. Tras darle las gracias, selecciona una campiña de exuberante verdor, adornada cada tanto por una granja o algún rebaño de vacas paciendo. A poco comienza a bostezar...
Una gota de agua salpica la cara del pasajero, luego otra y otra. Se despierta y advierte por la ventana un bosque oscuro castigado por la lluvia y el viento. Busca a la azafata con la mirada mientras presiona alocadamente los botones del mando. Comienza a diluviar, relampaguea y truena. Se para, se quita la chaqueta y trata de cubrir la abertura. De improviso la nave pasa por un pozo gravitacional y se ladea. El hombre se abisma entre las sombras del bosque. La ventana parpadea y el paisaje de la serena campiña se restaura. El resto del pasaje duerme.
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10 comentarios:

Francisco Espada dijo...

Hay quien teme a los sueños cuando éstos se hacen pesadillas, pero el verdadero pavor está en la vigilia.

Mar Horno dijo...

Excelente micro de la mejor ciencia ficción. La tranquilidad con la que nos abandonamos al sueño en pavorosa. Yo siempre he tenido la duda de si podré despertar. Un abrazo.

Laura dijo...

Precioso micro en el que acompañamos al viajero por la senda de los paisajes virtuales. Cuando el paisaje se restaura creo los pasajeros se "desconectan".

Un abrazo Gabriel.

Anónimo dijo...

Que miedo, no? Por un momento a punto de estar vivo...mejor dormir como el resto del pasaje

Un beso, Gabriel

Gabriel Bevilaqua dijo...

Buena reflexión, Francisco.

Mar y Laura, muchas gracias.

Sí, Alma, mejor dormir ;)


Saludos cordiales

Nel Morán dijo...

Menos mal que era uno de los demás pasajeros. Puedo contarles a otros tan buena historia.

Susana Camps dijo...

Espeluznante. Con el miedo que tengo a volar, sólo me faltaría este salto de realidad... Me ha gustado mucho, enhorabuena.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Adivín, ¿qué duda cabe que cada lector es un pasajero? En este caso con un ojo simulamos estar dormidos, no sea cosa de despertar la bronca de las ventanas, y con el otro espiamos la historia.

Muchas gracias, Susana. A mí me gusta que te haya gustado.


Saludos cordiales

Eva Letzy dijo...

Excelente! Me recordó a algunas cosas de Ray Bradbury

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias, Eva. ¡Ojalá el texto tenga aunque sea un poquito de Bradbury!

Saludos funambulescos

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