lunes, 2 de marzo de 2009

La prueba de fuego - Valor


La propuesta del Cuentacuentos de esta semana consiste en desarrollar una historia a partir de una frase extraída del notable relato «Magia», de Sara. Después de varios torpes ensayos me ha resultado no uno sino dos cuentos que espero sean de vuestro agrado. Por último, decir que las frases por mí escogidas fueron: «No los abras» y «La sensación de ser humano», aclarando que me he tomado la licencia de modificar el número de las mismas, quedando entonces: «No lo abras» y «La sensación de ser humanos». Sin más, los textos.


«La prueba de fuego»


«No lo abras bajo ningún motivo, en una hora regreso», le había rogado Jesús al confiarle aquel libro sin señas. Ella se limitó a colocarlo en el centro de la mesa y dejar que pasaran los minutos mientras hojeaba el diario. Sin embargo, pronto se encontró con que no lograba superar los títulos de las notas sin que su mirada se le escapara por encima del papel. Trató de concentrarse, atornillando sus puños a las sienes, pero no pudo. Irritada, cerró el diario y se puso de pie. Tenía calor. Se desprendió un botón de la blusa, luego otro y otro. De reojo, observaba el libro. Luego se acercó hasta la mesa y apoyó la palma de su mano izquierda sobre el volumen. Lo acarició. No había notado antes la suavidad de su textura, como de piel de bebé… Trémula, retiró la mano. Se dio vuelta, se sentó sobre el borde de la mesa y se cruzó de brazos. Enseguida el derecho se destrenzó para que su mano le tamborileara sobre la boca. El rouge se simuló sangre y se corrió. Después de limpiarse, la joven se despegó de la mesa y empezó a caminar a su alrededor en sentido horario; con los ojos alfileteados al libro. De golpe, se detuvo. Tras un instante como estatua, empezó a desandar cada uno de sus giros. Cuando la cuenta quedó en cero, volvió a plantarse. Con ambas manos cortinó su rostro. Acto seguido, se mordió ligeramente el labio inferior y los dedos le respondieron abriéndole rendijas. Quiso espiar, pero las lágrimas se conjuraron en su contra. Imprecó, como si lo odiara desde antes de haberlo conocido, contra Jesús. Sin embargo, la boca pastosa pronto la acalló. Entonces escaló sus manos hasta la frente para arrojar el copioso y áureo cabello hacia atrás, como una oleada de fuego, antes de abalanzarse arrolladoramente sobre el libro… Cinco minutos después Jesús recogía a éste del suelo diciéndole a su madre:

—Confieso que esta vez me había hecho ilusiones, pero volví a equivocarme…

—No te preocupes hijo, ya encontraremos a quien sepa honrar tu confianza; ahora sé bueno y tráeme la pala y la escoba, que aunque flaquita esta muchacha hizo más cenizas que ninguna.


«Valor»

«La sensación de ser humanos es algo de lo cual Él nos ha privado. Por eso, amigos míos, sepan que si yo tuviera una brizna del valor que Raziel se ha inaugurado, jamás nos hubiéramos conocido», dijo el arcángel ante las alas arrancadas de su discípulo.


16 comentarios:

Anónimo dijo...

El primer micro-relato me ha gustado mucho, enrevesado y final sorpresa... muy bíblico...
un saludo.

Sara dijo...

¿Dos por el precio de uno? Se conoce que hoy es mi día de suerte.
Me ha llegado el segundo porque, no me cansaré de repetir, para mi lo más complicado en esta vida es decir mucho con pocas palabras. Es mi asignatura pendiente (y tu te llevas la matrícula de honor)

Jan Lorenzo dijo...

El segundo no lo he entendido muy bien. Quizá le hubiera echo falta un poco más de desarrollo, al menos para mi gusto...

El primero es sublime... Un relato a la altura de los mejores CuentaCuentos que he visto. Mis felicitaciones.

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Pugliesino dijo...

Tentación,sospecha,recelo,desgarra el silencio la tensión las palabras,para finalmente ser polvo.
Es la sensación de ser humanos.
Brillante combinación!
Saludos Gabriel

Gabriel Bevilaqua dijo...

¡Bienvenido Cimujo!, que bueno que te haya gustado.

Sara, muchas gracias. Pero tu eres, en buena medida, la responsable de que esta semana haya habido tantos buenos cuentos.

Niobiña, bienvenida y ¡muchas gracias! Aunque creo que exageras... pero sólo un poquito ;) jiji

Gracias Carlos, si he logrado convocar esas sensaciones, ya me doy por cumplido.

Saludos a todos los cuentacuentistas.

Esther dijo...

¡Uff! ¡Qué trágico final!

Me gustó mucho el relato y además, tiene una redacción fantástica, para mi gusto.

Saluditos.

Esther dijo...

Lo último de valor, creo que tampoco lo entendí muy bien, me pasó como a Niobiña, pero, sobre todo, lo de "fuego" ¡fantástico!

Otro saludito.

Esther dijo...

Lo último de valor, creo que tampoco lo entendí muy bien, me pasó como a Niobiña, pero, sobre todo, lo de "fuego" ¡fantástico!

Otro saludito.

Virginia Vadillo dijo...

Uf, estoy segura de que yo tampoco me habría aguantado la curiosidad sin tocar el libro...
Y creo que también me hubiera arrancado las alas por el placer de sentir la sensación de ser humanos =)
Muy buenos, me han dejado con ganas de más!

Anónimo dijo...

Eso de que "la curiosidad mató al gato" se hace totalmente cierto con tu primer relato al que calificaría de impecable de principio a fin.

Con respecto al segundo (y corrígeme si me equivoco, que suele ser así... jeje), creo que requiere de implicación y "un cierto trabajo" por parte del lector. Hay que saber leerlo entre líneas para conocer realmente la historia y lo que nos cuenta. Al menos yo así lo hice...

A veces, el "no ser tan valiente" resulta bueno o, cuando menos, menos contraproducente que la valentía de algunos... ;)

Un besote!

Gabriel Bevilaqua dijo...

Muchas Gracias Esther, con que te haya gustado -y mucho-, al menos unos, me quedo conforme.

Virginia, ¿por qué todas las niñas son tan curiosas?...

Gracias María por lo de "impecable". Con respecto al segundo texto, tienes razón en lo que dices, puede exigir una relectura; pero veo con agrado que lo has entendido. Por otro lado, si no me equivoco ésta es tu primera visita al "elefante" así que siéntete ¡bienvenida!

Saludos y abrazos a tan amables cuentacuentistas.

Malvi dijo...

Dios mio de mi vida! son geniales... el primero me gusta más y me ha tenido el vilo, buena narración buen suspense... y por lo tanto dos unidades textuales maravillosas.

Felicidades

María

Virginia Vadillo dijo...

Pero es que hay alguien en el mundo, niño o niña, que pueda resistirse a eso!?!!? jajaja!! ;)

Gabriel Bevilaqua dijo...

¡Muchas gracias María! Que bueno que te hayan gustado y que te hayas asomado a la cuerda del elefante :)

Jajaja, Virginia, tal vez tengas razón, pero recuerda que las niñas tienen un baluarte irredimible de su lado: ¡Pandora! ;)

Saludos y abrazos.

La Anacoreta dijo...

Muy bueno el relata.
Pax et Bonum

Gabriel Bevilaqua dijo...

Bienvenido Anacoreta y gracias por comentar.

Saludos.

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