miércoles, 24 de septiembre de 2014

Dimensiones (Edith Wharton)



Se suele decir que un “buen argumento” para un cuento es aquél que, si se lo desarrollara, constituiría una buena novela. Esta idea puede defenderse en determinados casos; pero ciertamente sería errado basar en ella una teoría general. Cada “argumento” (en el sentido que el novelista le da al término) contiene necesariamente en sí sus propias dimensiones; y uno de los dones esenciales de un narrador de ficción es el de discernir si el argumento que se abre ante él se ajusta a las proporciones de un cuento o de una novela. Si aparece adaptable a ambas formas de relato, con toda seguridad será inadecuado para ambas. […] Hay al menos dos razones por las cuales un argumento se ajusta más a la forma de una novela que a la de un cuento; pero ninguna de ellas se basa en el número de lo que llamamos “incidentes” o hechos externos, que luego el texto contendrá. […] Los elementos de un argumento que exigen un desarrollo más prolongado son, por un lado, el despliegue gradual de la vida interior de los personajes, y en segundo lugar, la necesidad de producir en la mente del lector el sentido del paso del tiempo. Muchos hechos externos a los personajes, por variados y excitantes que sean, pueden desarrollarse en unas pocas horas, pero los dramas morales que por lo común tienen hondas raíces en el alma, reinan durante lapsos mucho más prolongados, y la súbita manifestación externa en que culminan sólo pueden presentarse paso a paso de modo que ésta quede explicada y justificada. […] Hay casos, claro, en que el cuento puede dar cuenta de un drama moral, contando precisamente esta culminación. Si los hechos narrados son de tal condición que una simple retrospectiva puede iluminarlos, podrán adecuarse a un cuento; pero si son de naturaleza más compleja, y sus frases lo suficientemente interesantes como para justificar su elaboración, el lapso de tiempo deberá naturalmente reducirse y la forma de la novela se vuelve la adecuada.
Edith Wharton
Instrucciones secretas para empezar a escribir, de Leopoldo Brizuela (compilador).
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3 comentarios:

Sara Lew dijo...

Muy interesante el artículo, Gabriel, como todos los que traes por aquí.

Una pregunta:
¿Cómo se llama la música de tu blog? Mientras te leía, mi hijo de 6 años se acercó y me dijo que esa música era muy bonita (le salían lágrimas escuchando la parte del violín). La quiere tocar en el piano y me gustaría buscarle la partitura.

Gracias.
Un abrazo.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Hola, Sara. El tema se llama “Song from a Secret Garden” del álbum “Song from a Secret Garden” de 1995. Pertenece al grupo irlandés-noruego “Secret Garden” formado por la violinista Fionnuala Sherry y el compositor Rolf Løvland.

Página oficial

Versión ―estupenda― de Alexander Rybak.

Saludos funambulescos

Sara Lew dijo...

Muchas gracias, Gabriel. Ya he conseguido la partitura y la ha empezado a tocar. Es difícil, pero no será por falta de empeño, que le sobra cuando algo le gusta.

Un abrazo.

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