miércoles, 20 de enero de 2010

«El gesto de la muerte», de Cocteau, y otras versiones


Desde que Borges y Bioy lo dieron a conocer en su famoso «Cuentos breves y extraordinarios» (1953), el microrrelato de Jean Cocteau «El gesto de la muerte» es un clásico a la hora de citar ejemplos del género:


EL GESTO DE LA MUERTE

Jean Cocteau


UN JOVEN JARDINERO persa dice a su príncipe:

—¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:

—Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

—No fue un gesto de amenaza —le responde— sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.



Y son muchos los escritores que no han podido aguantar la sana tentación de hacer su propia versión:


LA MUERTE EN SAMARRA

Gabriel García Márquez


EL CRIADO llega aterrorizado a casa de su amo.

—Señor —dice— he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.

El amo le da un caballo y dinero, y le dice:

—Huye a Samarra.

El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor se encuentra la Muerte en el mercado.

—Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza —dice.

—No era de amenaza —responde la Muerte— sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo allá.



Sin embargo, la de Cocteau no es la versión original:


SALOMÓN Y AZRAEL

Yalal Al-Din Rumi


UN HOMBRE vino muy temprano a presentarse en el palacio del profeta Salomón, con el rostro pálido y los labios descoloridos.

Salomón le preguntó:

—¿Por qué estás en ese estado?

Y el hombre le respondió:

—Azrael, el ángel de la muerte, me ha dirigido una mirada impresionante, llena de cólera. ¡Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma!

Salomón mandó, pues, al viento que hiciera lo que pedía el hombre. Y, al día siguiente, el profeta preguntó a Azrael:

—¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a ese hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria.

Azrael respondió:

—Ha interpretado mal mi mirada. No lo miré con cólera, sino con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India, y me dije: ¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?



Pero volviendo al texto de Cocteau, hay quiénes aducen que en la última línea la repetición de «Ispahan» afea un tanto la forma. Un simple, por ejemplo, «allí» hubiese solucionado el asunto:


«Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche allí».


Nótese en este punto la versión de García Márquez:


«Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo allá».


Remitámonos ahora al texto de Rumi:


«Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India, y me dije: ¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India


Como en el texto de Cocteau, repite el nombre del sitio a huir dos veces en lugar de evitarlo con un «hasta allá». No sé el porqué pero aventuro que en esa repetición hay algo de belleza que se pierde en la correcta adaptación de García Márquez.


En todo caso, mi preferida es la versión de Cocteau. Y a ustedes, amables lectores, ¿cuál les gusta más?


Foto © Raluca Deca


10 comentarios:

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

gracias por la información.
Una maravilla de microrrelato, sin duda, con un final tan profundo...

Gabriel Bevilaqua dijo...

Daniel, aparte de las que cité hay muchas otras versiones y/o variaciones de este micro; incluso se lo hecho en cómics o se ha usado la idea en publicidad. Pero la de Cocteau es la madre de todas.

Saludos.

Gloria dijo...

Me fascinaron estas versiones de un mismo tema, pero me quedo con la de Rumi porque explica mejor el tema de la sorpresa, o será que me gusta leer detalles.
Gracias.
Un saludo.

Virginia Vadillo dijo...

Vaya! Había escuchado esta historia, pero pensaba que era el típico cuento popular, no sabía que tenía un autor conocido y varios versionadores! La versión que yo conocía era la de Ispahan... y a mí sí me gusta como queda la repetición de la palabra en este caso. No sé, me da la sensación de que le da más fuerza al final, aunque es solo una opinión :)
Besos!

Casía dijo...

el original sin lugar a dudas, yo tambien creí que era un cuento popular, creo que hay una versión también en asturias,he de buscarla, gracias por tu visita,y es que me encanta toda la mitología y cuentos populares, leyendas, en fin soy una fan de la fantasia, un saludo y pasaré a menudo a leerte

Pablo de la Rúa dijo...

Hola Gabriel, creo que no había pasado por aquí antes y te vi en otro blog. Me ha gustado este análisis literario de tres versiones distintas de un microrrelato. Leeré tus cuentos. Un saludo.

Metalsaurio dijo...

Me quedo con la de Yalal Al-Din Rumi pero también soy de la opinión que la repetición de Ipashan al final (con la India sucede lo mismo, pero se nota menos) le da un toque "raro" al final, descompasado. La sensación de que algo falla. Un "allí" en mi opinión le daría la redondez que creo que le falta.

En cualquier caso, interesantes historias.

Un saludo!

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gloria, que bueno que te haya gustado este post. La de Rumi es muy buena, sí.

Sí, Virginia; incluso hay más versiones que las que he citado aquí (aunque éstas son las más conocidas), además de algunas variaciones. Estamos de acuerdo en cuanto a cuál nos gusta más :)

Casía, compartimos gustos por la mitología y la fantasía en general. Es bueno rescatar esas historias. Y siéntete siempre bienvenida.

Gracias Pablo y bienvenido al Elefante.

Metalsaurio, te anoto entre los partidarios de la versión de Rumi. Lo que señalas es cierto, y como comentaba es lo que muchos aducen; y sí, en el texto de Rumi como la frase es más larga casi no se nota la repetición.

Por último, haciendo un conteo de las preferencias el texto de Rumi consiguió 3; el de Cocteau, 2; García Márquez, 0. Por supuesto, esto no tiene más valor que el anecdótico, pero resulta un ejercicio interesante.

Saludos y abrazos funambulescos para todos.

Soledad Arrieta dijo...

Gabriel, que interesante tema. A mí particularmente me tira más la de Márquez, pero está claro que es una suerte de ramificación. Por lo tanto, salvo que la votación ya esté cerrada, anotale un punto al gabo.
Cariños!!!

Gabriel Bevilaqua dijo...

Apuntado Sol: Rumi, 3; Cocteau, 2; Márquez, 1.

Saludos.

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