«Al cuentista se le exige la unidad en lo que escribe cuando prepara una colección de cuentos, una unidad que además es múltiple: unidad de estilo, unidad temática, unidad de géneros y subgéneros..., como si cada pieza no fuese una obra completa, cerrada, única. Cada relato es una obra independiente, como lo es cada novela de un novelista, y como entiendo que es un error mayúsculo no verlo de esta manera, no hago otra cosa que dinamitar esa unidad cada vez que puedo, no sólo entre un relato y el siguiente que llegue en la escritura o en el atadijo final de un libro, sino incluso dentro de la misma pieza».
«La palabra “novela” ha ampliado tanto su significación que es ideal en términos de libertad. Ni se me ocurre escribir otra cosa. El cuento no me gusta porque depende demasiado de la calidad; si no es bueno, no funciona. De la novela en cambio pueden apreciarse otras cosas además del virtuosismo del autor; es un formato más relajado, que permite cambios de idea, arrepentimientos, asimetrías, y unos recorridos sinuosos que creo que se adaptan más a mi imaginación».
«Cuando escribo un libro que es pura invención, siento un anhelo de escribir de un modo que trate directamente la vida cotidiana, mis actividades e ideas. En ese momento, el libro que me gustaría escribir no es el que estoy escribiendo. Por otra parte, cuando estoy escribiendo algo muy autobiográfico, ligado a las particularidades de la vida cotidiana, mi deseo va en dirección opuesta. El libro se convierte en uno de invención, sin relación aparente conmigo mismo y, tal vez por esa misma razón, más sincero».
Italo Calvino
«Frente a las exigencias de compromiso de la novela con la realidad no novelesca, habría que demandar compromiso de la realidad no novelesca con lo imaginario, y muy en especial con la novela».
En todos los casos, la negrita es del Elefante.
Foto © Chema Madoz
4 comentarios:
Coincido con Navarro.
Buena foto.
Saludos.
Jeve.
Hola Jeve, sí, también yo coincido: todo cuento es una unidad, una pieza completa; tan es así, que por lo general recordamos tal o cual cuento más que el libro del que formaba parte.
Saludos.
Muy buenas las dos primeras, la di Hipólito Navarro está clavada. En cambio, al contraio que César Aira, a mí me gusta el cuento precisamente porque depende de la calidad. En 30 segundos sabes si merece o no la pena :)
Virginia parece que todos estamos de acuerdo con la frase de Navarro. En cuanto a la de Aira, coincido en lo que dice de si el cuento "no es bueno, no funciona". Pero, obvio, a mí sí me gusta el cuento. La novela puede ser más engañosa en ese aspecto. Pienso que Aira se refiere a que le gusta más la novela porque le permite -según él- más juego. Yo diría que las piezas no tienen que estar tan ajustadas. En cualquier caso, para mí no existe una contraposición entre cuento y novela: ambos son perfectamente disfrutables.
Saludos.
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