domingo, 16 de septiembre de 2012

El beso de la muerte



Cuando he empezado un proyecto no paro, y sólo bajo el ritmo si es imprescindible. Si no escribo a diario empiezan a ponérseme rancio los personajes, con el resultado de que ya no parecen gente real, sino eso, personajes.  Empieza a oxidarse el filo narrativo del escritor, y yo a perder el control del argumento y el ritmo de la narración. Lo peor es que se debilita el entusiasmo de crear algo nuevo; empiezas a tener la sensación de que trabajas, sensación que para la mayoría de los escritores es el beso de la muerte. Cuando se escribe mejor (siempre, siempre, siempre) es cuando el escritor lo vive como una especie de juego inspirado. Yo, si quiero, puedo escribir a sangre fría, pero me gusta más cuando es algo fresco y quema tanto que casi no se puede tocar.
Stephen King
 Mientras escribo
.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre los practicantes de otras Bellas Artes es común ejercitarse para aumentar la destreza y el entendimiento de las materias primas. Entre los escritores, -cuya materia prima es el lenguaje- está más bien arraigada la idea del momento de inspiración, de la llegada y abandono de las musas, ¿somos los indisciplinados del gremio?... No lo sé pero creo que recibí el beso de la muerte.

Rubén dijo...

S. King explica muy bien el porqué de escribir todos los días. Si se tiene soltura con tu narrador, cuando esa musa de espaldas anchas y fumadora compulsiva de puros te visite, no perderás resuello al seguir sus pasos.
Otro libro que está muy bien es el de Zen en el arte de escribir, de Ray Bradbury o el de P. Higsmith.

Anónimo dijo...

Hay cosas que son una necesidad...pero una necesidad que se necesita necesitar



un tigre, dos tigres, tres tigres :)

Ahora (más) en serio, creo que tiene mucha razón.

Beso

Gabriel Bevilaqua dijo...

Sí, Yunuén, es muy cierto lo que dices. Creo que la cuestión pasa por la creencia de que esos conocimientos entorpecen a la hora de llevar las ideas a la práctica. Hay un texto de Von Kleist, uno de los primeros románticos alemanes, que habla de la toma de conciencia y de que esta lleva a la perdida de la naturalidad (no recuerdo el nombre del texto, de pocas páginas, ni a qué oscuras manos fue a parar mi tomito de los romántico alemanes, el citado, Novalis, Schegel, Hoffmann, etc.). Un tema que desde siempre ha dado mucha tela para cortar. Fíjate que sólo recientemente han florecido las escuelas de escritores, por allí tienen la Sogem, de mucho prestigio. Igual en España. Creo no equivocarme al decir que no hay equivalentes en la Argentina.

Rubén, me gusta la soltura con que King da su parecer, aunque no pocas veces se contradice (lo que suele resultar saludable). Siempre resultan interesantes estas propuestas de escritores que dominan el oficio, mucho pero mucho más que aquellas elaboradas por académicos. Tal vez porque opinan desde la cocina de las letras.

Yo también creo que tiene razón, Alma. Tal vez la fórmula sea aprenderlo todo ―o lo posible― y a la hora de escribir, simplemente olvidarlo todo, dejarse llevar por el juego ;)


Saludos cordiales

puri.menaya dijo...

escribir todos los días, eso sería lo ideal, ¿no? Para que no se pongan rancios los personajes, para que la prosa fluya ligera. Es genial cuando dice "es algo fresco y quema tanto que casi no se puede tocar". solo se puede escribir, en ese caso, para apagar el fuego.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Sí, Puri. King aconseja escribir a diario y mucho. Esas dos líneas "puedo escribir a sangre fría, pero me gusta más cuando es algo fresco y quema tanto que casi no se puede tocar", son, indudablemente, geniales. De un autor que sabe que con el oficio solo no basta.

Saludos cordiales

Albert Rodriguez dijo...

Me ha encantado esta entrada, gracias por publicarla. A ver si tengo tiempo y puedo mirar un poco tu blog. Que grande Stephen King. Por otro lado me gustó porque me recordó mucha una época que quería escribir algo decente. Pero seguramente no es lo mio. Aún así, intenté plasmar esa sensación en un corto amateur que rodamos aka en Barcelona. Curiosamente, se llama en Beso de la muerte. Si tenéis unos minutos y lo veis muchas gracias.
http://youtu.be/L6fMqkwPsao

Gabriel Bevilaqua dijo...

Hola, Alberto. Bienvenido al Elefante. Me alegra que te haya gustado la entrada. Con respecto al corto, lo vi: está muy bien. Y la verdad que la escultura que lo inspira es impresionante. Felicitaciones.

Saludos cordiales

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