HACÍA DÍAS QUE DILUVIABA. Ariel me dijo que hubiera preferido que parara el cielo antes que los obuses. Enseguida, el sargento nos ordenó alistarnos: se aproximaba otra carga. Cuando dio la voz de ¡Fuego! el lodo se vistió de cuerpos. Nunca fui un buen tirador pero esa vez le di a uno. Por un instante, me quedé sin disparar; furioso, el sargento me increpó como un látigo. Volví a abrir fuego y le acerté a otro. Inexplicablemente, a escasos metros de llegar a nuestra línea, el enemigo tocó retirada. Al verlos huir como perros, me cebé en el gatillo y logré derribar a un tercer hombre. Era mi día. De repente, lo tuve al clarín en la mira de mi máuser y me propuse acallarlo. Tras el certero disparo sentí que todo se silenciaba en el campo de batalla, excepto el sonido atronador de la bala que se incrustó en mi cabeza.
No sé cuánto tiempo después, tendido boca arriba, abrí los ojos a un cielo terso y azul. Pensé en Ariel. De inmediato, me busqué sin éxito la herida. Luego descubrí que no había nadie más que yo en la trinchera. Todo esto que escribo sucedió hace un par de semanas; desde entonces, más allá de la línea de fuego a la que aún no he vuelto a asomarme, el toque de retirada no cesa.
Arte: Henri Rousseau, «La guerra», 1894
13 comentarios:
Muy muy bueno, Gabriel, magistral el corte y la frase "el lodo se vistió de cuerpos".
Comencé el día con excelente lectura, muchas gracias.
Abrazo
Jeve.
PD: Sin ánimo de pedantería, me parece que hay algunas comas "desorientadas" en el primer párrafo. Una opinión personal, por supuesto.
Muy buena la descripción de la escena, Gabriel. Me quedo con la frase que te decía Jeve, le leí y me quedé parada un rato :)
También creo que sobra una coma, la que has puesto detrás de "clarín"... pero no lo tengo del todo claro...
La imagen, también, muy acorde con el texto
Besos!
Este es uno de esos relatos que uno lee y vuelve a leer y vuelve a leer y cada vez lo saborea más.
¡Excelente Gabriel, excelente!
Saludos!
Muy bueno Gabriel, la descripción es muy acertada para tan poco espacio, muy atrapante la trama. El final hace que suene aquí mismo el toque de retirada.
Me encantó!
(en cuanto a las comas, yo sacaría la de clarín y anteriormente la de "Por un instante, me quedé sin disparar", pero es sólo una observación personal, confío plenamente en tu criterio)
Cariños!
El tema de las comas es algo personal, yo no las veo mal.
El micro muy bueno, atrapa y el toque de retirada lo oigo hasta yo (no sé si es bueno, jeje)
Un saludo indio
Muy buen micro, descriptivo, con imagenes fuertes.
Un abrazo
Muchas gracias a vos, Jeve. Qué bueno que te haya gustado esa imagen.
Y, Jeve, no te preocupés: todas las observaciones —y más si vienen de alguien como vos que escribe tan bien— son y serán bienvenidas. Como sabés siempre se nos escapan pequeños errores —o no tan pequeños, je—, ya que al escribir y sobre todo al corregir hay un punto en que uno termina “volviéndose ciego” a ellos. Al releer el texto veo que sobra la coma detrás de “clarín” que corta la frase y es evidente que está mal (y ya mismo corrijo, claro). Si te das otra vuelta y pensás que hay alguna otra incorrecta, no tengas (ahora ni nunca) ningún empacho en señalármelo ;) Sí, te digo que la utilización del término “desorientadas” me causó mucha gracia :)
Muchas gracias, Virginia. Qué bueno que te guste esa frase, veo que fue un acierto (a veces en frases tan peculiares, uno tiene sus dudas).
En cuanto a lo de la coma, tienes razón :)
Vaya, Claudia, ¡muchas gracias!
Soledad, muchas gracias. La de “clarín”, como dije anteriormente era incorrecta; en cuanto a la de “por un instante”, creo que es opcional según el ritmo que uno quiera darle al relato: puede estar o no. Gracias por la confianza, pero todos, como le decía a Jeve, nos podemos equivocar; por eso es bueno tener lectores avezados como ustedes :)
Como bien dices, No Comments, de los signos de puntuación, la coma, es sin dudas, el más personal de todos. Eso no quita que a veces estén de todas maneras mal empleadas. Por cierto, muchas gracias. Y sí, si oyes el toque de retirada, es muy bueno: al menos para el autor ;)
Gracias TR, y bienvenido al Elefante.
Saludos y gracias por sus comentarios.
Que duro Gabriel, este relato es como una fotografía al detalle que enerva los vellos... eres un mago describiendo
besosss
Bueno, creo que tú también sabes que este relato me gustó mucho, pero igualmente te lo digo. Transmite toda la desolación de la guerra. Me recuerda una película (y la novela que leí después) impresionante sobre las trincheras de la primera guerra mundial: Largo domingo de noviazgo. Os recomiendo ambas.
Mayde, aunque exageras con lo de mago (ojalá lo fuera) ¡muchas gracias!
Elisa, claro que lo sé, muchas gracias. Tendré en cuenta tu recomendación.
Saludos.
Un relato ensordecedor, se oyen los disparos y los silencios. Me sentí dentro del personaje, casi pude notar el dolor de la bala penetrando. Muy, muy bueno, me gustó mucho.
Hay grandes escritores en la blogosfera, sin duda. Una se siente afortunada de poder ser testigo de esos resquicios de luz que escapan de vez en cuando de la mano del escritor, en este caso, vosotros, y más concretamente el elefante líder. (Esperando ver nuevos textos).
Un saludo :]
Muchas gracias, Isabel. Eres muy generosa :)
Un gusto verte por aquí Susana. Qué bueno que te gusten mis textos.
Saludos gentiles damas.
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