lunes, 2 de febrero de 2009

En una ciudad sitiada

Para «El Cuentacuentos»


LA LUNA ESTABA ZURCIDA AL TECHO y fue lo primero que se cayó al estallar las bombas. Entonces, Marcos, abandonó, antes que pudiera detenerlo, la breve seguridad bajo la mesa de roble para recogerla. Cuando la tuvo entre sus manos, me miró, y no pude evitar hacerme eco de su sonrisa. En ese instante, una segunda oleada de detonaciones desmoronó parte del techo…


Pasado el bombardeo, papá, mis otros hermanos, y, fingidamente, yo, lo buscamos entre los escombros. Fue inútil. No pudimos dar ni con él ni con la luna… A veces, pienso que debí decirles; mas sabía que, además de no creerme, papá me castigaría por mentir en un momento así. Pero yo, a pesar de las explosiones, lo había visto todo… Cómo íbamos a hallarlo, si mamá -aún más hermosa que en las fotografías-, volvió para decirle a Marcos que la ayudara, que esta vez, la luna que había hecho para nosotros, la zurcirían al cielo…


11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado! Esta perfectamente escrito, y me gusta la frase final...
Jeje, creo que no me has leido antes ya que hace siglosss que no publico, creo que yo ya soy de los veteranos de cuentacuentos. Encantada de leerte y te sigo.

aus dijo...

wow, me has dejado sin palabras, me encantó...

Rebeca Gonzalo dijo...

¡Genial! Como siempre impecable. Envidio la facilidad que tienes para decir tantísimas cosas y transmitir tanto en tan pocas frases. El cierre es inmejorable.

Dama Blanca dijo...

Hola Gabriel ;) ¡muchas gracias! Por la bienvenida y por un comentario de los que a mí me gustan, constructivos y sinceros, de los que ayudan a una a mejorar.

A mí me ha encantado tu relato, en especial el final, aunque ya te lo han dicho muchos.

De todos modos, quizá lo que más me ha llamado la atención ha sido esto:

Cómo íbamos a hallarlo, si mamá -aún más hermosa que en las fotografías-

Es un detalle que le da un matiz aún más bonito a la historia.

¡Un saludo!

Esther dijo...

Tierno y bonito y medio mágico. Desde la perspectiva de un niño, todo suena dulce, inocente... Me ha gustado mucho.

Saluditos.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Bueno Larisabel espero que de ahora en más podamos leernos seguido a través del Cuentacuentos. Será un placer.

¡Gracias Aus! Y yo encantado de que te haya encantado a ti.

Sechat, tú no tienes nada que envidiar, ya te he dicho que me gusta como escribes, y todos estamos, cada uno a su manera haciendo nuestros pinitos. En cuanto a lo de impecable, espero que no tengas alma de Pinocho ;)

Hola Dama Blanca, Bienvenida nuevamente, esta vez, a mi sitio.
Procuro, que, como bien dices, así sean mis comentarios.
Dama Blanca, buen ojo, yo también creo que esa frase es clave.

Esther, precisamente, la perspectiva de un niño, es la que permite crear ese ambiente medio mágico que mencionas.

Saludos y gracias por vuestras visitas.

Paula dijo...

Breve pero intensa. Tu historia transmite mucha ternura. Me ha gustado mucho.
Saludos!

Virginia Vadillo dijo...

Impresionante, sin más. ¿Por qué será que al final guerra y amor suelen ir mezclados?

Gabriel Bevilaqua dijo...

¡Gracias Paula!

Virginia, tal vez, para poder sobrellevar a la primera sea necesario intensificar el segundo. Algo que nos aferre a la vida cuando ésta se devalúa...

Saludos a ambas cuentacuentistas.

Sara dijo...

Sensacional! No sobra ni una palabra. Dices lo imprescindible y de una manera impecable. Eso sñ que es complicado... ;)

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias Sara; no sé si tan impecable, pero, al menos se intenta. De todas maneras, es bueno escucharlo.

Saludos.

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