domingo, 10 de diciembre de 2017

Cómplices



APARTO la vista del libro, disfruto del sol y vagabundeo con la mirada. Una niña juega con su muñeca al lado de una señora que habla por el celular, una pareja de abuelos da de comer a las palomas. Vuelvo a mirar a la niña. De uno en uno, le está arrancando los cabellos a la muñeca; su voz me llega como un susurro: «¡Calva te vas a ver mucho más linda!». Retorno decididamente a mi lectura, pero ella no cesa: «¡Sin deditos, La Manquita te van a llamar!». Doy vuelta a la página. «¡A alguien que yo sé le sobran los ojitos!» Comienzo a leer en voz alta, pero otra voz me ahoga las palabras: «¡Ayúdeme, por favor, ayúdeme!», clama la muñeca. Su voz me recuerda a la de mi hija. Cierro el libro y me dirijo hacia ellas. De un manotazo, le arrebato la muñeca a la niña, y la mujer, sin cortar la llamada, me increpa. Trato de explicarle lo que ocurre, pero se niega a escucharme. Un policía interviene, me quita la muñeca y solicita una patrulla. La gente se arremolina a mi alrededor. Y mientras me arrestan, alcanzo a observar cómo la niña y la muñeca se sonríen.
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7 comentarios:

José A. García dijo...

Para evitar volver a caer en algo como esto es que últimamente evito salir de mi casa... El mundo exterior resulta aterrador en más de un sentido.

Saludos,

J.

Ángeles dijo...

Un cuento que empieza terrorífico y termina escalofriante.
Y lo peor es que hay situaciones reales de las que esta historia podría ser una metáfora; una de esas historias en que una buena persona sale en ayuda de una víctima, y tanto víctima como verdugo se alían contra el buen samaritano.

Es muy bueno, te felicito.

Sara dijo...

¿Estás paranoico?, ¿lo habrás soñado? o... ¿será REAAAALLLLL?

Y es que cuando estas cosas pasan, no sabemos si estamos locos, si estamos soñando o si la verdad existe. :)

Muy buen cuento, me ha gustado mucho.

Besos.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Ufff, es realmente perturbador, te deja un mal cuerpo.... Enhorabuena, es una maravilla.

Gabriel Bevilaqua dijo...

David, es bueno que ponga los pelos de punta, pero lo cierto es que a mí me divirtió escribirlo. ¿Será bueno?

José, en el mundo exterior, cosas como estas no pasan de ser minucias…

Y sí, Ángeles, lamentablemente es así.

Hummm… ¿Paranoico? Podría ser. ¿Un sueño? Quizás, pero no lo recuerdo. ¿Una historia real? Parece la opción menos probable… pero ya se sabe, la realidad supera la ficción ;) ¡Gracias, Sara!

Gracias, Miguel.


¡Feliz Navidad y (por si no vuelvo a publicar hasta enero) Próspero Año Nuevo para todos!


Elisa dijo...

¡Enhorabuena! Te echaba de menos en Ficticia, no sabía que esta maravilla era tuya. Acabo de publicarla en el Arca.

Gabriel Bevilaqua dijo...

Gracias, Elisa. Esa fue mi última participación, y en solitario. Y, claro está, un gusto volver a abordar el Arca.

Saludos ficticianos

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