miércoles, 28 de marzo de 2012

Oasis de perdición



EL POETA, sediento de metáforas, anduvo la noche por el desierto inabarcable de la página en blanco.
Al clarear, su mujer lo halló como dormido sobre las hojas colmadas.
Le bastaron los primeros versos para darse cuenta de que su esposo, penosamente, había sucumbido a la ilusión de los lugares comunes.

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viernes, 23 de marzo de 2012

La única certeza



«Hace un tiempo, consideraba que entre el minicuento y un cuento corto existía una diferencia muy sutil, pero al mismo tiempo inequívoca. Pensaba que los cuentos cortos son cuentos breves, mientras que los minicuentos son narraciones muy breves con un desarrollo veloz, un final sorpresivo y que se cierran de una manera muy precisa. Ahora ya no tengo certezas, la única que me queda es que hay textos más breves que lo habitual. La longitud, quizás es lo único que los distingue de otros textos, brevedad que, a su vez, viene dada por escogencias temáticas particulares y decisiones estilísticas que requieren poco espacio. Cuando se intenta parodiar fábulas, definiciones de diccionario, bestiarios o proverbios se escriben textos breves. No hay otra manera de hacerlo ya que la temática no permitiría otra extensión. También hay autores que, simplemente, escriben breve. Quizás por ser artífices depurados del buen decir, no se dedican a largas extensiones».
Violeta Rojo
Fuente: Minicuentos y textos breves en la literatura venezolana del siglo XX
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miércoles, 14 de marzo de 2012

Alunaciones



LO INTUYO sobre el tapial con la luna como telón de fondo. Pensé que la bendita bala había sido definitiva pero volví a equivocarme. Sabe que me caigo de sueño. Lo sabe y desglosa calmadamente su silueta de la luna. ¿Para qué echarle llave a la puerta? A veces me arrepiento de lo que hice, otras veces lo celebro. Ella se lo merecía. ¡Tantas humillaciones, tantos menosprecios, tantos años de inefable e infinita frialdad...! ¡Ah!, ya estás aquí: adiviné el peso de tus ojos en la espalda. Disculpá que no te ofrezca un plato envenenado, se me acabó la leche. ¿Te quedás mudo? Claro, ya sé, te reservás para luego, para cuando cierre la mirada. ¿Tenés una puta idea de hace cuánto tiempo no me permitís dormir...? No seas cínico, no sonrías. O sí, me vale..., maullá cuanto quieras..., al fin que la luna rodará hacia otros cielos y a mí aún me quedan cigarros.


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jueves, 8 de marzo de 2012

Cien fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia.



Alfonso Pedraza (compilador)
México, Ficticia, 2012.
119 pp.

El pasado 8 de febrero se presentó en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México el libro Cien fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia, como parte de los festejos por los diez años de funcionamiento del taller de minificciones de La Marina de Ficticia. De dicha presentación participaron, además del creador del taller, Alfonso Pedraza, todos los ficticianos que han fungido como Coordinadores a lo largo de este tiempo.
«Cien fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia, representa una década de trabajos del Taller de Minicuento de www.ficticia.com, conocido como La Marina. Estos textos han sido elegidos, primero, por un importante número de especialistas y escritores del mundo hispanoamericano de la minificción y, segundo, por los propios ficticianos, de entre 25 mil obras publicadas y trabajadas en red, lo que las ubica como los cien relatos brevísimos más populares de Ficticia, el portal de internet con mayor antigüedad dedicado al cuento contemporáneo en español. En este libro se dan cita 47 microrrelatistas de México, España, Argentina, Colombia y Francia que, con piezas de apenas unas cuantas líneas, son el mejor ejemplo del porqué la narrativa corta o ultracorta se ha ganado un lugar de privilegio en la literatura del siglo XXI».
Texto de la contratapa de Cien fictimínimos.
Entre los 47 autores mencionados se hallan la imponderable Lucía Díaz (presente Coordinadora y merced a la cual ha llegado hasta mis manos el libro), Elisa de Armas, José Manuel Ortiz Soto y Mónica Ortelli, además de un tal Gabriel Bevilaqua que ha tenido la fortuna de participar con cuatro textos (Despertares, Sin retiro, A la sombra de un sueño en flor y La sombra del alquimista).
En este punto, y pese a ser parte interesada, creo no equivocarme al asegurar que mucha de la buena minificción que se ha escrito, en la pasada década y en lo que va de la actual, ha salido de La Marina. Estos cien microrrelatos al menos así parecieran confirmarlo. Textos hilados al rumor de las aguas marineras cuya mayor riqueza deviene de la variedad de voces narrativas, de estilos y de enfoques. En suma, de la imaginación puesta al servicio de lo breve.
Para terminar, valga una pequeña muestra en la que me he tomado la libertad de incluirme.
 


Nota: los textos reproducidos son propiedad exclusiva de sus respectivos autores.
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jueves, 1 de marzo de 2012

Prodigio



EL ANCIANO, perdido bajo el sol candente del desierto, murió con una vasta sonrisa en el rostro. Pese a su ceguera de nacimiento, se le habían poblado los ojos de espejismos.

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